Mediador de cartas [Tododeku]

Capítulo XIII

Podría decir con seguridad que todo había cambiado de manera excelente.

No llevaba un tiempo estipulado con Shouto, pero podía decir que mínimo su relación hasta ese día era de tres o cuatro meses. Ya habían pasado a tercero y se unieron más personas a su aula, completando los veinte.

Midoriya no sabía el porqué de eso. Es decir, había muchísimos grupos pero tampoco los iba a despreciar. Claro que no.

De todos modos, estudiar en U.A era increíblemente relajante para su sistema en el sentido de que no debía siempre estar a la defensa más que con Bakugo. Atribuye a que el día en que se confesó a Todoroki no lo trató como quisiera porque de verdad que no quería amargarse la existencia soportando a un rubio explosivo.

Pues era claro que después de eso se siguieron tratando a gritos y golpes, ninguno dejándose del otro. Pero fuera de ello, Yuei no era aburrida como la Shiketsu así que sí, había acertado en alguna vez anhelar estudiar ahí.

Además de que tener a alguien que lo amara era muy diferente a lo que alguna vez imaginó y vió.

No quería comparar absolutamente nada, pero al menos las relaciones que había visto con anterioridad no duraban ni un mes pues... eran "tóxicos" o muy falsos, también le da crédito a eso pues su miedo de estar en una relación con alguien era que no saliera bien y terminar lastimado.

Pero lo diría con todo el orgullo y amor del mundo, que en ningun momento Todoroki lo ha lastimado o hecho sentir incomodo. De hecho, Shouto nunca le ha presionado en ningún momento con nada, él siempre ha sido paciente en todo aspecto.

Además siempre se sentía muy querido por él. Simplemente dentro de sí todo era de colores bonitos a causa de las sensaciones reconfortantes que le ha regalado el bicolor hasta ese momento.

Todavía recuerda cuando Todoroki lo llevó al centro comercial a disfrutar lo que él quisiera. No le gustaba lo obstentoso así que decidió ir por un café starbucks y tomarlo en la azotea de algún edificio.

Sonara malo, pero él sabe perfectamente como subir a ellas así que llevar al joven de heterocromía fue una experiencia divertida pero a la vez bonita.

Aunque ya vivía con su madre, y el actual esposo de ella -que era un hombre muy honorable y que le cayó muy bien desde el primer segundo- los Iida seguían invitandolo a cada una de sus reuniones. Desde las más importantes hasta las más simples. No lo dejaron de lado.

Con el tiempo también descubrió que Todoroki y él compartían un pasado un poco duro. Según lo que alguna vez le contó el heterocromatico mientras veían las estrellas; cuando entró a la adolescencia, su madre se había separado de su padre.

No fue por malas experiencias, sino que ella viajó pues la abuela de Todoroki estaba enferma. La señora Todoroki visitaba a sus hijos y esposo cada vez que podía. Lo cual eran cortos periodos de tiempo pero la familia siempre trataba de estar unida en esos momentos.