Después que murió Ezequiel nos convertimos durante un tiempo en una familia de fantasmas. Pasábamos por la casa sin vernos. Sin hablarnos.
Poco a poco todo fue volviendo a la normalidad. Mi madre a sus plantas. Mi padre a sus negocios. Y yo, bueno, yo tenía muchas
cuentas que cobrarme con mis padres per su trato a Ezequiel.Pero no tuve el valor.
Seguí dedicándome al colegio, al estudio y a los libros.
Ahora, que terminé el colegio (no logré medalla de oro), me voy a estudiar a una universidad
de los Estados Unidos.No tengo otra forma de irme de aquí.
No sé si voy a volver. Siento que cada vez son menos las cosas que me atan a este lugar.
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Los ojos del perro siberiano
Teen FictionHay cosas de las que es mejor no hablar. Eso cree la madre y el padre de Ezequiel. Pero su hermano menor quiere saber que pasa, entender por qué Ezequiel está enfermo y por qué hay una parte de la familia que eligió abandonarlo. Los pocos encuentros...