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En otro momento el jovencito de baja estatura hubiera llamado al otro demonio escondido por ahí, sin embargo, esta vez era diferente.

Esta vez ya no era un humano simplemente, era un demonio. Y uno que tenia poderes, tenía fuerza, tenía autoridad y que sobretodo...tenía valor.

—Pues te equivocaste entonces, porque no soy a quién buscas —le dio un empujón haciéndolo retroceder y tirándole la tarjeta al suelo—. Y tampoco sé nada de ese tal RAVN, por si aún insistes.

—Qué extraño, porque su olor está impreso en todo este lugar —contestó Seonghwa sonriente—. No...esper...espera...—sus ojos recorrieron de nuevo la pieza hasta llegar de nuevo al jovencito— Algo aquí es diferente...—y diciendo esto, desapareció de la vista momentáneamente; no fue hasta que sintió un cosquilleo en la nuca que volteó violentamente—. Claro...debí notarlo antes, pero el otro olor era más fuerte...

—¡Ja! Qué extraño ¿no? Parece que después de todo no cumples tu tarea bien.

—Pues sí, es cierto —asintió el ajeno, sin embargo, seguía con sus dientes brillantes—. Lamentablemente creo que mi sentido se hizo más fuerte debido a que trataba con demonios...no con crédulos humanos —su mirada de repugnancia era más que pública.

La mandíbula del rubio apretó fuerte antes de volver a mirarlo fijamente.

El aire se habia tensado increíblemente rápido.

—Para que te enteres, soy un demonio también.

—Eso lo pude ver bien...pero...¿qué "tan" demonio eres si te la pasas pidiendo favores y respuestas tranquilamente por el infierno? —rio por lo bajo dejando ver solo una sonrisa burlona, para enseguida volver a su figura seria— Tal vez ni siquiera puedas incluso probar frente a otros demonios que en verdad lo eres, y por eso te confundí con un humano.

No habia terminado bien, cuando dejó escapar una carcajada que era la más potente que alguna vez habia escuchado Hwanwoong; y la misma por la que sería recordado seguramente más tiempo pues se estaban comenzando a desesperar.

—Tal vez tienes razón, debería mostrarte mejor mi poder para demostrar que soy un demonio —el cuanto pronunció estas palabras, el contrario dejó de reír y lo observó atento.

—Atrévete si quieres, pero te aseguro que jam...

No habia terminado de hablar cuando una palmada fue escuchada atentamente y la mano de Seonghwa comenzó a moverse sola propinándole al menos seis cachetadas y tres golpes en el estómago.

El ya mencionado escupió al piso un líquido negro volviéndole a ver enojado.

—¿Qué pasó? ¿No dijiste que eras el mejor en tu trabajo, pero no puedes lidiar con un demonio novato?

Algo en la sique del demonio se rompió, pues no habia terminado de limpiarse por completo la sangre de la mandíbula cuando chasqueó los dedos y unos brazos invisibles sostuvieron al rubio de las piernas, colocándolo boca abajo mientras otro brazo invisible le propinaba golpes en el estómago.

—¿Qué te parece esto, demonio bebé? —su labio seguía brotando sangre, mas aun así hacia el esfuerzo por mostrar un poco de felicidad y victoria.

Seonghwa sinceramente no tenía intensión de parar pues él tenía órdenes que acatar, y si bien no se iba a ir de ahí con el demonio predilecto. Al menos se iría con una pequeña victoria ganada de cualquier manera, incluso si eso implicaba matar a alguien de su misma especie.

Sin embargo, de la nada el pequeño cuerpo de Hwanwoong fue bajado bruscamente. Los ojos del demonio de cabello negruzco voltearon a todos lados para ver asombrosamente como una nube aparecía frente a la vista de ambos seres.

Un demonio diferente de cabello negro como el carbón, piel pálida, ojos oscuros como el mal, vestimenta elegante, pero sin perder su sensualidad, y para terminar unos arneses en su tórax del mejor cuero que pudo existir.

—Déjalo ahora mismo si no quieres que el rey se entere que le has desobedecido por mandato real.

𝐓𝐚𝐬𝐭𝐞 𝐌𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora