¶17¶

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—¡No te creeré a ti!

—¿Qué? —preguntó el contrario con gesto ofendido— ¿Y eso por qué?

—¡Porque eres un jodido psicópata! —las cosas se le estaban empezando a escapar de las manos...Y eso no le estaba gustando.

SI perdía el control podía hacer que a todos les borre la memoria...Las cosas no podían llegar a ese estado, no de nuevo, sino tendría que esperar otros cuantos siglos antes de poder presentarse donde el rey y rogarle.

La sola imaginación le provocaba náuseas, y furia agria en el estómago.

Seoho ya no sonreía, su gran y mentirosa sonrisa se habia ocultado sin que él pudiese explicar muy bien la razón. Sin embargo, no fue hasta que estuvieron a una distancia prudente, cuando verdaderamente se preocupó e intentó zafarse de las cadenas invisibles que aún lo amarraban.

—Así que crees que soy un idiota psicópata...—nadie respondió— Muy bien, lo probaremos ¿te parece?

En el acto, la mano del demonio se movió al igual que el lazo hacia la dirección de Keonhee llegando a amarrarlo con firmeza y atrayéndolo en el aire frente al ya mencionado.

—Keonhee, mi hermoso y más leal sirviente, no quiero que te pierdas de esto así que...—no habia terminado de hablar, cuando lo lanzó fieramente a una pared, una en donde las telas lo sujetaron para después pegarlo a ella sin opción a escapar—...te preparé los mejores asientos, en primera fila como dicen los humanos ¿no es así RAVN?

Ya dándose la vuelta para ver al otro jovencito, RAVN se dio cuenta que por mucho que luchase...Seoho tenía más de una manera para dominarlo sin siquiera ensuciarse las manos directamente.

Tenía sirvientes que le temían o lo amaban, el poder de su lugar en la jerarquía y un poder capaz de hacer mover a cualquier demonio que él ordenase.

Un suspiro se escapó de sus pensamientos.

—No suspires por cosas banales RAVN; esa es mi labor.

Los ojos del ya mencionado no dejaban de moverse, pues quería evitar a toda costa ser tocado nuevamente por aquel instrumento de cuero y sangre. Pese a eso, este igual fue capturado y atraído hacia su dueño.

La mano de Seoho atrajo el cuerpo del mayor, posicionándolo delante suyo para que así Keonhee también viera la escena sin perderse ningún detalle.

—¿Qué vas a hacer? ¿Vas a matarme delante de tu sirviente?

—Oh no, cariño —argumentó el ajeno con elegancia—. Eso lo dejo para los demonios bárbaros, yo soy de la corte. No puedo hacer eso...En cambio yo me encargaré de darle un merecido castigo a mi fiel sirviente; uno del cual se acordará hasta el fin de su vida infernal.

Con aquella explicación de palabras, ambos demonios encadenados se miraron sin poder entender las cosas que iban a tener que presenciar uno del otro.

Empero, esto no duró mucho pues un par de manos comenzaron a recorrer el cuerpo de RAVN, este tembló ante el tacto repentino. Intentando hacer que su cuerpo se controlase y no se moviese más de lo que él deseaba.

—¿Saben por qué esto me hará las cosas más fáciles? Porque conozco la debilidad de ustedes dos —continuó apuradamente—; uno odia con todo su ser, ser tocado por otro que no sea su humano favorito, o bueno, perdón, ahora es un demonio —una risita sonó por su lado—, mientras que el otro, desearía que lo toque como suelo tocar a todos mis demás sirvientes ¿No es así mis queridos invitados? —sus dientes pronto se incrustaron en el cuello del demonio contrario, haciendo que este agache la cabeza.

Los ojos marrones de Keonhee no podían creer todo lo que debía soportar...todo lo que debía aguantar antes de poder liberarse del agarre...todo lo que debía soportar no ser hecho a él. No podía mentirse diciendo que no deseaba ser tocado así, sin embargo, tampoco quería admitirlo delante de uno de sus conocidos.

Su corazón iba muy deprisa y sus mejillas se estaban comenzando a tornar rojizas; así como su cuerpo comenzaba a calentarse a una velocidad increíble.

—Keonhee...resiste...—escuchó balbucear a alguien.

—RAVN...

—¿Lo ven mis bellos gatitos? ¡JA!, ¿creyeron que iba a dejarlos ganarme? —sus manos seguían recorriendo el cuerpo del otro demonio— Yo soy el amo de la lujuria, no pueden conmigo.

La risa que liberó desde lo más profundo de su ser, se habia escuchadoprobablemente hasta el mundo humano o hasta más allá, pues ambos estabanseguros que no era cualquier risa antes hecha.

𝐓𝐚𝐬𝐭𝐞 𝐌𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora