Aquel lugar comenzaba a sentirse extremadamente agradable; había visitado a los aldeanos junto con Naoki, la princesa lo acompañó a montar a caballo, Fei estuvo a su lado por las noches contándole miles de relatos fantasiosos. Resultó ser divertido pasar tiempo con ellos, pero a quien no vio en ningún momento fue a Kyousuke. Le explicaron que, al ser el general, lo mandaban a proteger los alrededores del reino cada cierto tiempo.
Habían pasado nueve días desde que el de cabello cobrizo lo escoltó hasta el palacio de Kinako, ahora sabía que aquello fue una buena elección. El pensar en el peliazul era doloroso, quemaba, notaba como si unas garras rasguñaran su corazón; pero Naoki y las demás personas que conoció allí lo hacían sentir tranquilo. Sobre todo Fei. El mayor mostró un gran cariño por el castaño, hasta el punto de abrazarlo y colarse en su habitación como si fueran amigos de la infancia. Tenma no se mostraba molesto por eso, al contrario, le ocasionaba felicidad haber encontrado un amigo como Rune.
-Oye, Joven Matsukaze.
-Te dije que me llamases Tenma. Ya hasta te metes en mi habitación sin permiso- escuchó como el de cabello verdoso reía.
-¿No hablaste con Tsurugi sobre el tema?- esas palabras salieron en un susurro, pero aún así el corazón del menor se contrajo.
-No...es un tema delicado. Además, ni siquiera es capaz de mirarme a la cara, parece como si quisiera vomitar cada vez que me ve- dejó caer su cuerpo en el césped del jardín.
-La historia no cuadra por muchas vueltas que le de...¿Por qué odiarte a ti?
-No lo se...quiero saber la respuesta a esa pregunta desde que ví que Tsurugi estaba vivo.
-No tiene sentido- se llevó el dedo pulgar y el índice a la barbilla- Si supiéramos la versión del amargado ese tal vez tendríamos una pista.
-¡Fei! ¡No seas tan malo!
-Tenma, no es mi problema que Tsurugi tenga cara de no haber ido al baño durante dos meses. Esta amargado lo mires por donde lo mires- se encogió de hombres- ese lo que necesita es un buena noche de...
-¡YA! ¡NO DIGAS MÁS!- el castaño tapó su boca mientras gritaba, completan avergonzado.El de ojos verdosos intentaba apartar las manos de su cara, pero Matsukaze sentía tanta vergüenza que no quería que Fei soltase más cosas indecentes. De repente sintió como le mordía la mano y pegó un pequeño grito, apartándolas de él. Rune no para de reír, mientras que el menor le regañaba por haberle dado un mordisco. Ambos cesaron sus voces al ver como cierta persona pasaba frente a ellos; Kyousuke había vuelto de proteger los alrededores. Su fría mirada ámbar se posó sobre los dos chicos, uno de ellos desvió los ojos, mientras que el otro agarró una piedra para tirarsela a la cara; al de cabello verde le importaba más bien poco meterse en problemas, porque sabía que el peliazul se merecía más que un golpe en la cara.
-Se que soy muy guapo, pero me vas a desgastar si sigues mirándome así, general Tsurugi- dijo Fei, aún con la piedra en la mano.
-No te miraba a ti, Rune.
-Oh, Tenma también es muy lindo, pero con tu cara de amargado me lo asustas, ¿te podrías ir?
-F-Fei...- un murmullo salió de los labios del más bajo.
-¿Acaso quieres pelear, Rune?- el ceño de Kyousuke se frunció notablemente.
-Tengo mejores cosas que hacer. Sería incluso más entretenido hablar con una maceta- agarró la muñeca de Matsukaze y tiró con suavidad- Vamos, Tenma.
-¡E-espera, Fei!Ambos jóvenes se alejaron de allí, dejando atrás a un Tsurugi más que enojado.
La suave brisa acariciaba el rostro de castaño, el cual apreciaba como los pétalos de rosa danzaban de un lado a otro. El mayor aún seguía caminando, sin soltarle; no le gustaba ver como el humor de su amigo cambiaba al ver a cierto chico, así que decidió apartarlo de él hasta que pudiese afrontarlo directamente. Rune había desarrollado una antipatía por Kyousuke; sabía que no podía odiarle hasta saber el cien por cien de lo que ocurrió, conocer ambas versiones, pero tampoco pensaba llevarse bien con él, ya que el peliazul hacía que la salud mental y física de Tenma empeorasen.
Se detuvieron cuando vio frente a él una puerta color cacao, supo que esa sala era la biblioteca privada de palacio. Abrió la puerta y dejó que Matsukaze pasara; miles de estanterías era lo único que podía ver el de ojos eléctricos, en el tiempo que estuvo allí aún no había explorado todas las habitaciones y salas. Su mirada de paseaba por los libros que tenía en frente, hasta que uno en particular captó su atención. La tapa era de color azul oscuro y el título estaba escrito con un tono en plata; pudo ver en la primera página que la historia narraba la traición de un chico, aunque no pudo leer más ya que Rune no paraba de nombrarle.
-¡Tenma!
-Voy, voy- dejó el libro en su lugar y se acercó.
-Mira, encontré algo interesante, se lo dejaron en una de las mesas del fondo- mostro un librito de color cobre.
-¿Qué es eso?- cuando formuló aquella pregunta, el mayor abrió el libro por la primera página y el castaño abrió mucho los ojos al leer lo que ponía- ¿Eso es...?
-Parece ser que a Naoki le gusta escribir su vida privada y pensamientos en papel. Es una especie de diario- sonrió, cerrando sus ojos.
-Fei, no está bien leer las cosas de los demás.
-Vamos, solo unas pocas páginas. Naoki no sabrá que usted, joven amo, y yo curioseamos en la historia de su vida- se sentó en una de las sillas y abrió el libro.El más bajo soltó un suave suspiro, colocándose a su lado, ciertamente pensaba que aquello no estaba bien, pero sentía una gran curiosidad. Las primeras páginas eran unas frases: "Seremos agua para el río más seco", " Ponme en tu boca y muestrame amor", "Fui atrapado por la oscuridad y luego salvado por la luz de la Luna".
Matsukaze leía detenidamente aquellas frases, ¿Naoki las escribió para alguien o simplemente las plasmó ahí, sin tener ningun destinatario?-No sabía que Naoki fuese tan poético.
-¿Tal vez tenga alguna amada?- susurró, mirando por encima el resto de páginas.
-Quien sabe...aunque le vendría bien una pareja, está algo solo.
-¿Quién se supone que está solo?- la piel de ambos chicos se erizó.Rune tragó saliva, mientras que Tenma rezaba de veinte formas distintas para que un milagro cayese del cielo. Giraron sus rostros a la vez, encontrándose con una mirada dorada.
-Naoki...¿solo? Nosotros no dijimos nada de eso, ¿verdad, Tenma?- dijo mirando a su amigo.
-Fei...- el mayor sonrió, con el ceño fruncido.
-Uy, se me olvidó que la princesa Kinako me pidió tomar el té con ella- el castaño se puso en pie, con intención de marcharse.
-Joven príncipe, sientese de nuevo.El menor cogió aire y le miró, mordiendose los labios.
-Lo siento, no debimos leer. Pero...
-¿Pero?- se cruzó de brazos, el de cabello cobrizo parecía bastante relajado.
-Nos dio curiosidad. Es que...- jugó con sus dedos- quería saber más de Naoki ya que es como una madre para mí.El nombrado enterneció su mirada, alzando una mano para acariciar los suaves cabellos de Tenma. Por otra parte Fei suspiraba aliviado. "Tenma...sabes como girar la situación a tu favor"

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Blood sword
FanfictionSeguía teniendo cada noche aquella horrible pesadilla, donde su servidor y mejor amigo era asesinado brutalmente. Tsurugi...uno de los generales más poderosos de todo el reino había muerto meses atrás, dejando al príncipe en un mal estado emocional...