Shouldn't come back. [EDITANDO Y RETOMANDO]

Capítulo 2.

-¿Qué haces?-me dice Max desde atrás. Dejo la nota como estaba rápidamente y me giro.

-Tu habitación también es grande, no te podrás quejar.-respondo.

-Sí, pero me tienes que ayudar a decorarla y todas esas cosas que se os dan bien a las mujeres.-

-¿A cambio de...?-

-A cambio de que no gastarte ninguna broma pesada en tres semanas.-

-Me conformo.-digo rápida.- Otra broma como la de la semana pasada y no vives para contarlo.-amenazo.

-¿Cómo, cómo? No la recuerdo, ¿qué broma te gasté?-pregunta haciéndose el tonto.

-¿No? ¿No lo recuerdas?-digo mirándolo mal- Me dijiste que mis New Balance habían llegado, fui corriendo al salón y me caí al tropezar con la cinta aislante transparente que CASUALMENTE estaba puesta entre las dos patas de las sillas.-

-Es el mejor vídeo de la historia.-dice riéndose.

-¿¡Me has grabado!?-

-¿Qué? ¿Yo grabarte? ¡Por favor! No sabes de quién estás hablando.-dice rodando los ojos.

-Sí lo sé, por eso lo digo.-

-Lo tiene mi amigo.-

-¿Qué amigo?-Max me mira perversamente.-NO. No, no, no, no, Carlo no.-digo preocupada.-Mi amor platónico no me volverá a tomar en serio en la vida.-

-Eh, que lo que me hiciste tú fue mucho peor.-

-¡Venga tío! No fue culpa mía, ¡me confundí!-digo levantando las manos en forma de paz.

-¿Te confundiste? Te pedí que me dieras mis calzoncillos al salir de la ducha y cuando me di cuenta me estaba poniendo las bragas de la abuela.-

-Lo mejor fue cuando apareciste en mi habitación con sus bragas puestas.-río fuerte.-Te faltaba el gorro de ducha para ser una nenita.-

-Una nenita...-susurra.-Ayúdame a empezar a ordenarla que dentro de dos días tenemos cena.-

-¿Aquí? ¿En tu habitación?-

-Sí cariño, en mi habitación.-responde sarcástico.

-No, ya en serio. ¿Qué cena?-pregunto intrigada.

-Papá y mamá han decidido hacer una cena en el jardín. Van a invitar a todo el vecindario para hacer amigos, supongo.-

-Bueno, pues vamos a empezar.-Max viene hacia mí y me abraza.

[Dos días después...]

Esto de no tener a nadie con quién poder hablar, a parte de mi hermano, es una verdadera mierda. Me he pasado estos últimos dos días haciendo Skype con Isabella, Giulia, Paolo y amigos de Max, entre los cuales estaba Carlo, mientras decoraba con Max nuestras habitaciones. No había pasado más vergüenza en mi vida hablando con Carlo. 

Max, te odio, ¡Carlo es mi amor platónico!