Todas las bebidas se encuentran ya perfectamente dispuestas sobre la mesa del salón, ordenadas de un extremo al otro de la misma dependiendo por el número de porcentaje de alcohol que tienen. Hay desde simples botellas de cerveza para lo más débiles, pasando por distintos tipos de vodka o ginebra, y terminando en alguna que otra de absenta, destinada a los más valientes. O los más imprudentes, depende de cómo se vea.
La verdad es que el hermano de Iván se ha portado, piensa Víctor. Quién se frota las manos, provocando que la boca se le haga agua mientras piensa la gran noche que les espera, además de darle unas palmadas a su amigo en la espalda. El otro asiente, añadiendo que luego a él no le hace caso. Ambos ríen porque saben que es verdad.Entonces Víctor sale de la habitación provocando el desconcierto de Iván, hasta que vuelve sonriendo y con una mochila entre las manos, ésta desprende un fuerte olor a droga, el cual no es familiar para él, por lo que debe de ser alguna nueva que no han probado. Todavía.
Anuncia que todavía no les ha enseñado lo mejor, justo antes de abrir la mochila y sacar de ella distintas bolsas pequeñas en las que debe estar la mercancia que tanto le gusta. Va recitando los nombres de cada una de las sustancias, mientras hace algún que otro comentario. En primer lugar saca una buena cantidad de cristal, del cual explica que se trata de una mentafetamina que produce una energía de lo que él caracteriza como " la hostia ". Lo segundo es polvo de ángel, algo que nunca ha probado pero que tiene muy buena pinta. Por último, las de siempre. Un poco de heroína, que nunca viene mal, y su fiel amigo, el cannabis. Su amigo, ante la capacidad que tiene para conseguir tales cantidades de droga, le pregunta que cómo lo hace.
– Un mago nunca revela sus trucos, hermano, nunca.Para evadir un poco el tema, éste propone empezar la noche con un chute de lo primordial, a lo que Iván acepta. Así pues, se lían sus respectivos porros de cannabis y siguen hablando de cosas sin sentido, hasta que aparece Raúl. Sus amigos le ofrecen uno, pero él rehúsa. Lo que desemboca en el ataque gratuito de Víctor, en el que afirma que Raúl se ha vuelto un " puto mariquita " desde que se fija en la chica del instituto.
Directo y firme, se trata de una respuesta completamente infalible para defenderse. Víctor, entre carcajadas de humo, pide que le explique en qué momento se ha creído superior. Y la verdad es que siempre, puesto que se cree que es el mejor en todo. Y, tal y como rebate Raúl, tan solo se trata de un niño de mamá al que le han dado todo mascado desde pequeño, y que por ello se refugia en las drogas, para creerse un poco más macho. Pero lo cierto es que cuando ocurre un problema serio, cuando es la hora de la verdad, se asusta y huye. Era algo que Raúl necesitaba decir, y lo suelta. Y, por ello, se queda más relajado que nunca.
Víctor se levanta, deja el porro en la mesa y coge a Raúl del cuello, presionándolo contra la pared del salón.
– Mira tío, si de verdad piensas eso no se coño haces en mi casa.
Forma un puño con la mano que tiene libre y le propina un fuerte golpe en la zona de las costillas. Acerca su cara y, cogiéndole fuerte de la mandíbula, le grita en el mismo oído que él tampoco le ve muy vivo cuando alguien se muestra contra él. Iván interviene asustado e intenta separarles, pero no le hacen caso. La única respuesta que obtiene es por parte de Víctor, quién le ordena que no se meta mientras le apunta con el dedo índice. Quién, además de eso, afirma que ese despojo que está contra la pared nunca ha sido su amigo.
Y amenaza, lo hace diciendo que es hora de que se entere de algo.
Entonces Raúl, que había estado callado todo el tiempo al no poder casi respirar, se intenta escabullir, pero no puede. Por lo que ambos se enzarzan en una pelea en la que hay de todo, patadas, puñetazos y hasta golpes con la cabeza. Iván finalmente les consigue separar, llevándose él también algún que otro golpe en la cara. Amenaza con que si no paran, él se irá. Pero eso no va a ocurrir, puesto que Raúl se larga. No piensa aguantar más rato a ese imbécil. Antes de ello, se dirige a Víctor para asegurarle que le da igual lo que cuente, que él ya pasa de soportarle simplemente por protegerle de algo que tampoco cree que tenga tanta importancia.
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Lo que hemos vivido
Fanfiction"Física o Química" es una de esas series que llega a tocar los sentimientos más profundos de quien lo ve, y por eso caben infinitas posibles historias que sirvan de continuación. En este caso os abro las puertas de mi mente, de como he conseguido v...