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20 DE ENERO 2020
21:30pm
Lago.

Narra Camila Decker.

nos encontrabamos todos al rededor del fogón mientras tomabamos unas cervezas y comíamos boludeces como palitos, maní y papas fritas.

- ¿Se acuerdan cuando Mauro hizo su primer robo?. - rió H y lo miré, todos lo hicimos.

ellos se quedaron en silencio, mirándome de reojo al igual que a Iara y sentí que no eramos bienvenidas a esa conversación.

- ¿Que les pasa?. - rió Tomás. - No va a decir nada. - rodó los ojos.

- No pasa nada, yo voy un rato al muelle. - me levanté con una cerveza y me dirigí a tocar el agua.

no iba a poder soportar que Tomás me defienda sin saber quien soy.

apenas empezas a lograrlo y ya te hechas para atrás.

suspiré con la mente a mil y sin saber muy bien como actuar hasta que unos pasos detrás mio me hicieron voltear.

divisé el gran cuerpo de H entre la oscuridad y se sentó a mi lado.

- Perdón. - se disculpó. - Se que todos tendríamos que estar acá y no solo yo, pero soy el que más razona. - rió un poco y tomé de la botella de cerveza.

- No tienen que disculparse. - negué.

- Es que ya pasamos por muchas, es difícil volver a confiar. - explicó. - Tomás nunca trajo a nadie desde que nos metimos a esta vida y no tendríamos que hacer que te aleje por nosotros.

- Es entendible que no confíen H. - suspiré. - No me conocen, ni siquiera el lo hace y yo no tendría que estar acá.

- Pero nos caes bien. - me miró. - Simplemente necesitamos conocerte más, pero yo si confío en vos y por eso saqué el tema.

- ¿Para ver quien confiaba y quien no?. - reí sin nada de gracia.

- Si. - asintió. - No me esperaba esa reacción y por eso te pido disculpas, además... - miró hacia atrás. - Tomás se volvió loco cuando te vió así, quiso que todos te pidamos disculpas. - sonrió. - Y yo te ofresco más que eso Camila. - me miró. - Yo te estoy dando una oportunidad.

un nudo se formó en mi garganta y las lagrimas no tardaron en nublarme la vista.

me estaba dando una oportunidad y yo sabía que iba a decepcionarlos.

sonrió de lado y se levantó, me tendió su mano y la agarré para levantarme y volver entre mil pensamientos hasta donde todos se encontraban y ahora Mauro abrazaba a Iara la cual me miraba preocupada.

- ¿Y Tomás?. - pregunté, algo tímida al sentir sus miradas en mi.

- En el auto, no piensa salir hasta... - Mauro me miró y suspiró. - Perdonanos Cami, no es intencional no poder confiar en nadie, nuestro entorno nos mantiene alerta todo el tiempo.

todos asintieron y comenzaron a ofrecerme sus disculpas, yo ya no soportaba que mi mente me estuviera gritando a cada momento que estaba engañandolos y quería irme.

- Está bien. - los miré. - No tienen que decirme nada, entiendo perfectamente.

asintieron conformes y me acerqué al auto de Tomás, donde fumaba un cigarrillo con la ventana abierta y miraba la luna.

toqué el vidrio y recibí su mirada, sacó el seguro de las puertas y me metí con el.

- ¿Estás bien?. - lo miré.

- Si. - asintió sin mirar. - Solo que yo se muy bien lo que se siente no ser bienvenido y no quería que lo sientas vos también. - ahora si me miró. - No pueden juzgarte sin conocerte.

- Pero tampoco pueden confiar en mi sin conocerme. - acaricié su cara y suspiró frustrado. - Ya me pidieron disculpas y está todo bien, me contaron como te pusiste.

me miró fijamente al decir eso mientras fumaba y me empecé a poner nerviosa.

- ¿Que?. - sonreí nerviosa.

no dijo nada por unos segundos, parecía estar pensando mucho y realmente me estaba matando.

- Hay que volver. - soltó de la nada, saliendo del auto y dejándome confundida.

salí al verlo acercarse y despedirse de sus amigos, así que yo hice lo mismo.

Iara me avisó que se quedaría con ellos y luego Mauro la llevaría a casa así que me quedé tranquila.

Sol me abrazó unos minutos y correspondi ante el acto tierno, luego me retire y volví a subirme al auto con Tomás, el cual condujo sin dirigirme la palabra y su cambio de humor repentino me extrañó.

ya estabamos llegando y comenzaba a pensar que había hecho mal para que ni pudiera mirarme, hasta que estacionó frente a mi casa y tampoco dirigió su mirada a mi.

- Chau. - abrí la puerta sin saludarlo y lo último que estuche fue su voz.

- No hiciste nada malo Camila, solo soy yo. - susurró y cerré la puerta antes de que pudiera contestarle, caminé hasta la entrada y cuando abrí su auto arrancó.

𝘾𝙧𝙞𝙢𝙞𝙣𝙖𝙡 𝘾.𝙍.𝙊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora