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17 DE FEBRERO.
20:45PM.
Estación de policías.

Narra Camila Decker.

su rostro cambió a uno aún más confuso, me miró y volvió a hablar tratando de mantener la tranquilidad.

- Camila. - se acercó agarrando mis hombros y me dió escalofríos. - Vos sabes que tu madre era muy amiga mia. - suspiró. - A ella le hubiera gustado que vos sigas.

lo decía de una manera rara, como si por alguna razón quisiera que solo yo estuviera dentro del caso.

- Lo puede tomar cualquiera, ya no quiero ser parte de esto. - me negué aún con la sensación extraña dentro de mi.

- Andá a tu casa, te ves muy nerviosa. - se alejó. - Mañana lo hablaremos más tranquilos. - fingió una sonrisa y lo miré.

- ¿Por que no quiere que lo deje?. - pregunté cansada de su actitud.

- Hasta mañana Decker. - esta vez no trató de ser simpático y decidí no decir nada más.

abrí la puerta y me fuí lo más rapido que pude.

- Decker. - una voz a mis espaldas me hizo dar media vuelta.

- Daniel. - sonreí. - ¿Todo bien?.

- Bien. - asintió. - ¿Que haces por acá?.

- Vine a arreglar unos asuntos. - suspiré.

- ¿Te llevo? ya me voy y está lloviendo. - propuso y decidí aceptar.

salimos en busca de su auto y nos subimos en el.

- ¿Como vas con el caso?. - lo miré.

- Ya se resolvió, estoy esperando que me designen uno nuevo. - suspiró. - Sabes lo lento que es eso.

asentí y miré por la ventana como caían las gotas de lluvia.

a los minutos llegamos y antes de bajar volvió a hablar.

- Decker. - me llamó y lo miré. - Me gustaría invitarte a tomar algo en estos días, cuando no estés muy ocupada. - sonrió y asentí.

- Dale. - sonreí y bajé del auto entrando rapido a mi casa.

suspiré estando dentro y me apoyé en la pared pensando todo, lo confuso que era Tomás y en lo raro que estaba el teniente.

yo sabía que el era un viejo amigo de mi madre, ella se metió en la policía después de el y cuando creci pensé que lo mejor iba a ser seguir sus pasos para que estuviera orgullosa de mi.

pero a los meses detectaron en ella una enfermedad terminal, se trataba de un tipo de cancer bastante raro y al detectarlo tan tarde no sobrevivió más de seis meses de saber su estado.

ese mismo año me alejé de todos, me fuí de la ciudad donde viví toda mi vida porque afrontar su muerte y que todo me recuerde a ella me afectó mas de lo debido.

me fui sin decirle a nadie, no tuve contacto con Iara hasta que dos años después ya con mi nueva vida en Buenos Aires, supe que era tiempo de volver a verla.

ella comprendió mi desaparición, realmente lo supuso ya que yo era una persona que huía de los problemas y para no afrontar algunas cosas simplemente desaparecía ocupando su cabeza en otras cosas para no pensar.

y funcionó, realmente alejarme de todo fue buena idea, hasta que bueno, los problemas comenzaron cuando tomé su caso.

no sabía muy bien que pasaba, solo se que dolía, estaba dispuesta a dejar el caso por el y aunque ahora estaba a punto de dejarlo igualmente sabía que no era por el, era por mi.

una vez en mi vida quería sentir que armaba mi propia vida y dejar de seguir la vida que yo pensaba que mi madre quería para mi.

recordarla me hizo querer volver a verla y decidí ir a buscar el álbum de fotos que tenía bien guardado, eso valía más para mi que todo lo que pudiera tener.

lo encontré y me senté en el sillón lo abrí y las lagrimas no tardaron en volver.

los recuerdos invadieron mi mente, no dejaba de mirar su foto sonriendo con la panza de embarazada, realmente quisiera que estuviera acá.

quería abrazarla y hacerle saber que yo si estaba orgullosa de ella, de mi mamá, quería que consuele mi corazón roto con una charla y una merienda de por medio, como lo hacía cuando era chiquita.

pasé la foto y sonreí inconsciente al ver que fur cuando nací, ella no dejaba de sonreir con yo de bebé en brazos, arriba de una camilla y con el aspecto de recién haberme dado a luz.

la saqué del album y la agarré entre mis manos, suspiré y vi una pequeña mancha en la foto, la intenté sacar pero no salía, hasta que me di cuenta que se encontraba del otro lado.

di vuelta ka foto y vi su letra, rápidamente leí la nota que había y sonreí.

Camilita.
tan chiquita entre mis brazos, se que vas a ser una gran mujer y yo siempre voy a estar orgullosa de vos mientras hagas lo que te guste y seas feliz.

suspiré y sentí que una vez más decía las palabras correctas para el momento indicado, como cuando era más chica.

quizas el momento de vivir mi propia vida era ahora.

𝘾𝙧𝙞𝙢𝙞𝙣𝙖𝙡 𝘾.𝙍.𝙊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora