— no es para tanto.
— pero es una fotografía de la casa, ¡Me han seguido hasta aquí! claro que es para tanto.
— Marcell, venias con compañeros ayer, tal vez no se atrevió a pedirles venir con ustedes— estamos en el autobús rumbo a la universidad. Anoche casi no dormí pensando en la fotografía que enviaron y aunque le dije a Yamir sobre eso, su opinión no ha cambiado desde anoche.
— podría ser peligroso.
— ¿te sientes en peligro?
— no sé cómo me siento— eso es verdad, estoy nervioso de que alguien me esté tomando fotografías sin que yo me dé cuenta, en lo fácil que resulta hacerlo ahora que nadie presta mucha atención a su alrededor, por otro lado si esa persona es como yo, entiendo que de pronto no pueda acercarse. Yo no sé qué haría si de pronto descubro a uno de mis autores favoritos de fanfics.
— ¿Le preguntaste por eso cuando viste el mensaje?
— eh, no... yo solo... no le respondido nada. No que ponerle— aunque siempre he sido más hábil escribiendo, y luego haciendo amigos por medio de aparatos electrónicos, esta vez no se debería responder ¿Si, son mis amigos? o ¿Solo son compañeros de clase? No creo que seamos amigos con solo una salida a hacer tareas, además ¿Por qué tendría que revelar eso? y sobre la casa... definitivamente no quiero que sepa donde vivo, ni recibirle, al menos no sin saber quién es, pero tampoco quiero darle una invitación para conocernos— no sé quién es, podría ser... peligroso.
— o podría ser una chica linda.
— no lo creo— aunque tiene razón, siempre he pensado en ese usuario como un chico.
— ¿crees que alguien que le gustan las cosas que a ti sea malo? No es que se acercara a ti apenas, le conoces desde hace tiempo ¿no?
— de algún modo. Nunca revelo cosas importantes de mi vida en internet. Soy un usuario responsable ¿sabes?
— entonces solo díselo.
— ¿Y si no digo nada?— Yamir se encoje de hombros. Pienso que no responder sería lo mejor, porque no se que decir y no quiero un malentendido. El autobús llega a la parada y nosotros no hemos dicho nada más. Yo me encamino hasta el edificio, como siempre. La única diferencia en el día es que cuando me cruzo con Evangeline y Cristina las dos me saludan. La otra chica no me saluda, pero no parece haber notado que nos cruzamos en el pasillo. Yo solo busco mi lugar favorito junto al ventanal y dejo que las horas pasen entre mis escritos y las clases que tengo. Ah, tengo tanto sueño... ni siquiera la soda que compre en la máquina expendedora me ayudo a despertar.
Por fin en casa... tan fresco... ojala pudiera relajarme. Tengo muchos trabajos por entregar, y poco tiempo para escribir. Enciendo el reproductor de música, para no aburrirme tanto y no quedarme dormido a medio terminar. Escucho llegar a alguien abajo, pero no salgo a ver cuál de mis dos compañeros de piso llego primero. Es tarde cuando me decido a salir, y solo porque he terminado a penas y porque tengo mucha hambre. Ah, no creo que haya mucha comida, debí haber comprado algo antes de venir.
— Tengo hambre— es mi saludo para Ingrid, que está en la cocina guardando cosas en recipientes plásticos. Ella es la más ordenada en cuestión de la comida, siempre tiene sus cosas preparadas o guardadas en esos recipientes.
— Sobro algo de la comida que trajeron el otro día tú y Yamir— arruga la nariz— deberían hacer algo con sus hábitos de comida.
— Es eso o dormir más, elijo dormir más— en el refrigerador aún quedan los restos de la comida china que pedimos... no recuerdo bien que día. Umm no huele mal, si esta buena el horno de microondas servirá.
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Freak
RomanceLa vida de Marcell es un transcurrir de días tranquilos en una rutina que pocas veces cambia: levantarse, ir a clases, regresar a casa, tareas... todo sería completamente normal si no tuviera un secreto. No, no tiene superpoderes, tampoco es un alie...