Capítulo 2

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Era una hermosa, silenciosa y tranquila noche en el Bosque Primigenio.

En noches como estas, la naturaleza dejaba ver su lado más brillante y hermoso.

Los Aptonoth descansaban sin preocupacíon a ser devorados por otros monstruos más grandes,
Los pequeños Gajalaka dormían en sus madrigeras tranquilos, más aun alertas por si un invasor pisaba su territorio. Y un Anjanath descanzaba en su nido en espera de un nuevo día para el cual tener un gran festín.

Era una gran diversidad de diferentes especies coexistiendo en un solo entorno natural; No obstante, en la cima del Arbol Colosal,
Estaba descanzando un Gran Dragón Anciano, uno de los más fuertes que existieron y existirán en estas tierras,
El Magnífico Dragón Extinción,
el Nergigante.

Este ejemplar en particular se encontraba muy lejos de su hábitad natural,
'El lecho de los Ancianos' y curiosamente, estaba con pequeños animales caminando a su alrededor, esto ya se podía considerar inusitado si no es que imposible.
Pues los Nergigantes eran muy bien conocidos por su extrema agresividad encontra de cualquier ser viviente que se topara con su caminó en su afán por la destrucción. Aunque esta actitud les salía muy en contra, por lo que en general no poseían una vida muy larga pese a tener una longevidad increíble, pues se enfrentanban a tantos peligros que en cualquiera de sus tantas batallas podían términar pereciendo.

Más nunca había reportes de uno tan lejos de su territorio natural y que haya vivido por tanto tiempo;

Esto era una excepción en todo el significado de la palabra;
Este Nergigante de alguna manera era el más manzo pues no peleaba en todo momento y eso era decir mucho.
Más su naturaleza sigue ahí, talves no pelea en todo momento.
Pero nunca rechazara una buena 'comida' si me entienden.

No obstante, y sin previo aviso, el viento comenzó a alterarse y acoplarse a su alrededor, soplando con fuerza, provocando que los animales pequeños como pajaros, ratones y un que otro cerdito que pasaban por el lugar salieran corriendo asustados por la repentina anomalía que se presentaba por todo el lugar.

Aun con eso, el Nergigante no despertó, pues se encontraba en un sueño tan profundo que incluso no pudo notar aquel circulo verde que se formo de la nada y comenzó a absorverlo hasta que no quedaron restos de que haya existido en ese mundo.
















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Un fuerte movimiento en el ambiente fue todo lo que el Nergigante necesitó para sacarlo por completo de su sueño, y unos sonidos tan extraños e incomprencibles para el comenzarón a escucharse a su alrededor, más no fue hasta que sintió que algo tocaba su pata que pudo finalmente salír de su profundo sueño.

Al abrir los ojos la resplandeciente luz del sol lo golpeo de lleno,
cegándolo momentáneamente, más el Nergigante no lo molesto por mucho, pues prosiguió a levantarse, antes de bostezar para al fin enfocar su vista mejor. Divisando con más claridad de donde provenían los gruñidos extraños, enfrenté suyo había muchos animales pequeños y vipedos, muchos de ellos demasiado cerca de su presencía y su territorio, lo cual debería haber provocado a su ira.

No obstante, el Nergigante no se sintió intranquilo o amenazado, todo lo contrarío. Una tranquilidad anormal lo rodeaba, pasando de ellos; si alguien que conociera el temperamento natural de este Gran Dragón Anciano y lo contemplará allí mismo en estas circunstancias, simplemente no podría creerlo, ya que no parecería nada más que una tonta alucinación, generada seguramente por tomar mucha cerveza con su compañero peludo.

Zero No Tsukaima El Nergigante Donde viven las historias. Descúbrelo ahora