Capítulo 10

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Después de un largo viaje, finalmente ambas chicas pudieron regresar a la institución sanas e ilesas.
Con Siesta que felizmente abrazo a la pelirrosa por segunda ocasión, para posteriormente regresar a su habitación; Éste había sido un largo fin de semana.

Mientras que por su parte, Louise regresó el caballo que se había llevado sin permiso a su pequeña 'misión'.  Devolviendolo a su corral para después ella tambíen dirigirse a su propia habitación, y así poder descanzar.

Con su pijama, y con todo el tiempo del mundo de su lado, decidió mirar por la ventana, específicamente para observar el bosque.

Fueron unos cortos segundos, qué para ella parecieron horas, el estar mirando aquel bosque iluminado por las bellas Lunas era relajante.
Y muchas cosas pasaron por su mente en ese preciso momento, como el hecho de haber peleado con una bestía completamente desconocida para ella, y el Dragón que aún no había regresado, pero lo mejor era no pensar más en este día tan alocado.

"(Él estará bien...)" Y con ese último pensamiento, procedió a acostarse en su cómoda cama, y así caer victima voluntaría de morfeo sin oposiciónes, como todas las noches.

















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En medio de un claro, se podía ver la robusta figura del Dragón anciano, Nergigante.

Este mismo se estaba lamiendo las garras con desinteres, al parecer ya había terminado su comida, hace no mucho que el coloso no había comido un poco de Bioenergía, incluso si era ínfima, aun sí el castillo lo alimentaban con esas grandes porciones de carne, no era como que en verdad la ocupara su organismo, pues no eran las presas que nesesitaba, incluso el Tobi-kadachi no era su presa designada, pues poseía una cantidad casí nula.
Zorah Magdaros por ejemplo era la mejor opción.

Y la verdad aunque su enemigo le dió un poco de batalla, no fue complicado eliminarlo.

Terminando de pulir sus garras con su rasposa lengua,
el Nergigante se levantó antes de encaminarse hasta un arrollo justo enfrente suyo, del cual al tenerlo justo enfrente, tomo varias grandes cantidades de agua para luego tumbars su voluminoso cuerpo con un estruendo junto a él y descanzar.

En este pequeño arrollo, el Nergigante estaba en un estado de tranquilidad absoluta. Con las Lunas reflejandose sobre él, iluminando todo a su alrededor, junto a su cabeza recostada sobre la tierra varias luces amarillas comenzaron a sobrevolar su visión, llamando facílmente su atención. Estos parecían puntos brillantes que se agitaban de un lado para otro.

Muchos de estos ya estaban justo encima de él, y aunque el Nergigante sabía esto, no parecía molesto en lo absoluto. Talves en otros tiempos simplemente les habría rugido solo para así poder ahuyentarlos por su temperamento natural, pero por alguna razón no sentía tal ira, no podía sentir ni una pisca de molestia ante la presencía de estos seres. estaba en un estado de completa paz......las runas no brillaron en esta ocación.....

En poco tiempo el Gran Dragón legendario cerro sus parpados y cayo dormido sin preocupación.

Mientras el Nergigante dormía plácidamente, a unos metros de él, en medio del arrollo una figura femenina hecha completamente de agua lo miraba fijamente, antes de deformarse y hacerse una con la calida y calmante agua del lugar.















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Al día siguiente Louise se despertó muy temprano.
Y lo primero que hizo al estar lo suficiente conciente, fue levantarse de su cama y lo más rápido que pudo, se vistió con su uniforme habitual antes de caminar a su ventana con prisa, para así mirar el exterior con algo de miedo, más la vista la hizo suspirar de alivió, pues ahí, acostado como siempre estaba durmiendo tranquilamente, el maravilloso Dragón.

Zero No Tsukaima El Nergigante Donde viven las historias. Descúbrelo ahora