Estela

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No te he conocido.
No me dio tiempo.

Sabía que ibas a nacer
mi madre me lo había comentado tiempo atrás.

Recuerdo que estábamos cenando y ella no tenía buena cara, tu madre te gestaba pero tu carrera contra el tiempo parecía haber empezado mucho antes de nacer.

No se como te llamas.
No me he atrevido a preguntarlo.

Quizá es mejor así, ¿no crees?
Así se hará menos doloroso pensar en ti como una pequeña chispa de vida apagada cruelmente por el egoísmo del tiempo.

No has podido experimentar lo que es estar en el exterior y tu hermana nunca sabrá lo que es que le robes sus camisetas porque son mejores que las tuyas.
Tu hermano no podrá ser ese superheroe protector y molesto que te haga reír cuando estés llorando.

No se siquiera si te han podido conocer.

A veces me pregunto si la vida está siendo justa.
Si de verdad el firmamento tiene que ganar tantas estrellas.
O si estas en algún momento se apagarán.

Pero tú, tu eres la estrella sin nombre para mi y con el valor de la vida de tu familia.

Esto va para ti, para la estela de la vida, cruel, repentina, que deja un sentimiento de vacío pero aún así te provoca felicidad.

[15/02/2020]

Poesía barataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora