Es divertido.
Quizá no tanto.
Levantarte todas las mañanas pensando que hoy es tu día, que nada te lo puede estropear y entonces, llegas al baño y te miras al espejo.No distingues la persona que te devuelve la mirada, te parece un extraño, ahí empieza a extinguirse tu día.
Las esperanzas acumuladas se han vuelto un frágil cristal, pero decides seguir adelante.
Pensamientos atormentan tu cabeza, giran, martillean, gritan, y tu, tu los soportas, los escondes, te pintas una sonrisa mientras tu cabeza gira.
¿Aún crees que tu día puede ir bien?
El reloj es tu enemigo, comienza a girar, te hace pensar en el tiempo, tiempo que se acaba lentamente y no puedes detener, la ansiedad acumulada en tu pecho ahora es una recreación física de tus inseguridades.
La gente te acompaña, pero ahora tu causas sus problemas, reaccionar solo lo puede empeorar y quizá sería mejor aceptar que no podemos cambiar a los demás pero que es eso lo que nos está cambiando a nosotros.
¿Donde quedó esa sonrisa por la mañana?
¿Donde se escondera ese sentimiento de felicidad que teníamos de niños?