Cuando te conocí

31 1 0
                                    

Era septiembre, lo recuerdo muy bien, en ese tiempo yo tenía poco de entrar a la preparatoria, para eso teníamos que elegir una actividad extraescolar, ya sea deportiva o cultural, la verdad yo no tenía idea de qué elegir, en ese entonces, mi mejor amiga Katia, me decía que elegiera danza pues ella estaría ahí...
-Sí, mira yo ayer fui a danza y la verdad sí está padre, pero eso sí está algo pesado.
-La verdad, mis papás sí quieren que entre a danza por los horarios, se les acomoda demasiado...- A pesar de todo, la idea no me entusiasmaba mucho, pero terminé aceptando probar la clase el siguiente día.

Habíamos salido de clases Katia y yo, mientras nos dirigíamos al aula de danza, ella me contaba como era que ensayaban...
-Utilizan los zapatos de tacón, y habían estado ensayando unos bailes que ya tenían, si mal no recuerdo, les dicen polkas, y pertenecen al estado de Chihuahua, pero para nosotros los nuevos nos ponen los pasos básicos o incluso que utilicemos una botella en la cabeza para mejorar la postura, así como a las princesas.- Mientras más me contaba, más me arrepentía de ir, sin embargo entré al salón, platicamos con el profesor Juan, quién me comentaba como era su forma de trabajar y qué ensayaban, lo cuál no era nada diferente a lo que ya me había comentado mi amiga anteriormente.

Me cambié, me puse short, una playera deportiva, mis tenis y recogí mi cabello en una coleta, lista para comenzar a ensayar, fue entonces que un grupo de chicos y chicas entraron, parecían ya ser parte del grupo, saludaron a todos en el lugar y entre ellos, estaba él, Eduardo, un chavo rubio, de aproximadamente 1.70, ojos café claro, con una voz fuerte pero agradable al oído de cualquiera, se acercó a nosotras, saludó de beso, primero a Katia y después a mí.
-Hola- Seguido de un ligero y rápido abrazo
-Hola- respondí casi al segundo sin percatarme de lo cerca que aún estaba de él
-¿Eres nueva, no?- Me dedicó una pequeña sonrisa tratando de ser amable.
-Sí, acabo de llegar hoy.- Imposible no sonreír de vuelta, por lo tanto mi voz también se agudizó un poco.
-Pues bienvenida, espero te quedes, cualquier cosa aquí estoy.- Me dijo sin más, diciéndome adiós con la mano, para él también cambiarse de ropa e incorporarse a la clase.

Mi primer amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora