La primer muestra de cariño

28 1 0
                                    

Sin duda alguna, estar en esta actividad no era tan malo, ya me he vuelto mucho más disciplinada y responsable, además el verlo todos los días me hace estar un poco más feliz asistiendo a este lugar, aunque claro sigo sin hablar con aquel chico y en este mismo lugar se encuentra Mónica, quien es su pareja de baile y parece que incluso podría ser su novia.
Me parece tan extraño no poder hablar con él, digo ya han pasado varias semanas desde que entré al grupo y no he cruzado más palabra que un simple saludo o una triste despedida, pero claro, cada beso en la mejilla que he logrado disfrutar con él ha sido de lo más...
-Muy bien, aplauso, dos tres.- Se escucha que el profesor Juan da por terminado el ensayo del día de hoy y de la misma forma ha interrumpido mis pensamientos sobre aquel niño rubio que me tiene un tanto, pues así.
-Ya estoy lista, ¿y tú?- Me dice Katia tomando su mochila sobre sus hombros.
-Sí, solo me falta despedirme.
-Muy bien, a mí igual, vamos-
Comenzamos a despedirnos de cada uno de los que ahí se encontraban dentro del salón, ya solo nos faltaban tres personas; Itzel, Gaby y claro, Eduardo.
-Pero no, neta, ¿tú...- Dejó la frase a medias porque Katia interrumpió para despedirse de ellos, por lo tanto yo también aproveché a hacerlo antes de que prosiguieran con su conversación.
-¡Bye!- Dije a Eduardo, y justo después le di un beso en su cachete.
-Espera, espera- Respondió con una sonrisa divertida. -A ver, tú di algo- Fue lo que le gritó a Itzel, su mejor amiga.
-¿Cómo qué quieres qué diga, wey?- Se lo dijo de una forma un tanto confundida.
-No, ya nada, mmm tú, Katia, di algo- Tan solo quería que las demás niñas a su alrededor hablaran, pero nadie entendía para que.
-No sé qué decir.- También ella respondió confundida, pero no dejaba de observarme tratando de que yo le diera una respuesta lógica a lo que sucedía.
-¿Por qué quieres qué hablen todas?- Le pregunté a Eduardo de igual forma confundida.
-No, es que, estaba comparando su voz, y es que ellas no tienen esa voz de niña dulce que tienes tú.- Respondió a mi pregunta aunque, creo eso me tomó por sorpresa.
-Oh!, vaya.- Fue lo único que salió de mi boca, antes de darme la vuelta y salir del salón.

-Oye- Gritó una voz desde la puerta de entrada. Era su voz, estaba hablándome, tan solo volteé para que pudiera decirme lo que quería.
-Es que por tu voz me recuerdas a una niña pequeña, ¿te importa si te llamo "baby"?-
Ese apodo de forma tan cariñosa, me puso muy probablemente sonrojada.
-Sí, está bien- Claro, la risa nerviosa en mi respuesta, no pudo faltar.
-¿Segura que no te molesta que te llame así?
-No, para nada.
-Okey, adiós "ba-by".- Fue lo qué me dijo por última vez ese día, después de darme la vuelta y salir del colegio, sin duda alguna, esa forma de llamarme ha sido demasiado linda y sorpresiva.

Mi primer amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora