JASIE - 《Josie y Jade》Legacies

10. ¡Hola!

Lizzie no estaba en la habitación. Necesitaba a alguien que me ayudara.
Tenía dos horas para encontrar un vestido para la fiesta. Estaba muy nerviosa, era la primera fiesta a la que iría con Jade. Quería darle una buena expresión, así que me decidí por mi conjunto favorito.

Iba por el pasillo, cuando sentí un dolor, de golpe en mi cabeza. Era parecido a los golpes de magia negra que me dio el Mora Miserium. Me maree, y me sostube en la pared.
No me preocupé mucho, y seguí adelante.

En el bosque

Llegué hasta la puerta de la cabaña y respiré antes de tocar. No sabía por qué estaba tan nerviosa, si esto no era una cita. ¿O sí?. Eso me puso aún más nerviosa.

De pronto Jade abrió.
Llevaba una chaqueta gruesa color café, cubriendo a una camiseta gris, y unos jeans negros. Su cabello ondulado era lo mejor. Se veía hermosa, y no dudé en decírcelo:

-¡Hola! -sonrío, nerviosa.
-¡hola! -me contesta y sonríe bajando la mirada.
-¿vamos? -le digo.

Está bien, no se lo dije. Estaba muy nerviosa y se me olvidaron las palabras. Así que lo único que dije fue "hola".

Cruzando el bosque, charlábamos,
-la última vez que estuve aquí, me salí de control. -dijo.

La miré y me dio un poco de pena. Aunque sonreía, ella estaba incómoda. Pero eso cambiaría en la fiesta. Así que apresuré el paso.

En la fiesta

Cuando llegamos, la fiesta ya había empezado. Lo primero que se me ocurrió fue ir a buscar una bebida.
-Josie, hola. -dijo Mary Jean.
-hola. -le contesté. -gracias por invitarme. Lizzie no vendrá, por cierto. -le dije, mientras le daba un sorbo a la bebida.

-entiendo, ella misma me lo dijo. Lo extraño es que Hope tampoco vendrá. -dice.
-y, ¿ella quién es? -dijo, apuntando a Jade.
-es Jade, mi amiga. -le dije.
-pero... ella es un vampiro, ¿no? -preguntó, haciendo un gesto de amargura.
-y... ¿por qué lo dices así?
-ella no debería estar aquí. -me dijo.

Fui hasta donde estaba Jade, y la miré hablando con una chica de la fiesta.
-tú eres un vampiro, ¿verdad? -le pregunta.
-si. -le dice Jade, sonriendo.
-escuché historias de tí. -le dijo la chica. -¿eres la destripadora? -le pregunta a propósito.

Jade dejó de sonreír. Bajó levemente la cabeza, algo apenada.

-¡Jade! -le digo desde lejos.
-es mejor que nos vayamos, esta fiesta está aburrida. -le digo, mientras la tomo de la mano y la halo hacia el bosque.
-¡esta fiesta es sólo para brujas! -dice una voz detrás de nosotras.
Era Penélope. Había regresado de Bélgica esa misma tarde.

-está bien, ya nos vamos. -les digo con tono apresurado.
-¡te debiste haber quedado en la prisión en la que estabas! -le gritan las brujas.
-ella es un monstruo. -me dice Penélope, mientras me agarra del brazo. Hizo que soltara a Jade.

Voltee hacia atrás, y ví a Jade con una crisis nerviosa.

-Ella no puede controlarse. No puede controlar el ansia. -me susurra Penélope, mientras toma una aguja y se pincha uno de sus dedos.

Jade olfateó rápidamente la sangre, y sus ojos se llenaron de venas negras.
Realmente no podía controlarse, pero lo intentaba. Apartaba su mirada cada vez. Pero su instinto vampiro no la dejó.

-¡Jade! -le grité.
-puedes controlarlo. -le digo, con voz suave para calmarla.

Sus colmillos empezaron a salir, y sus ojos eran cada vez más negros.

Intentó a balanzarse encima de Penélope, pero yo la detuve. La hice dormir con un hechizo.

Al final, todo había sido un plan de Penélope. La fiesta, la invitación y todo lo demás. Aún no sabía por qué haría eso. Ella siempre trató mal a Lizzie, pero eso había quedado en el pasado.

No tenía tiempo para preguntárselo, si papá se daba cuenta del insidente, podría encerrar a Jade. Y yo no lo permitiría.

Más tarde

Llevé a Jade a mi habitación, con ayuda de Rafael. Lizzie no dormiría allí esa noche. Y yo quería vigilar a Jade. Así que la recosté en mi cama, y la dejé dormir.

Cuando despertara del hechizo, estaría más tranquila. Pero confundida.

De pronto, sentí otra vez un golpe en mi cabeza. Me maree, voltee hacia el espejo, y ví que mis ojos estaban oscurecidos.

Pensaba en el sueño de la noche anterior.

Y efectivamente, la magia negra aún estaba en mí. Creo que no me dejaría en paz. Así que, tenía que hacer algo.

...