Un ocho de Agosto nació en cama de hospital un niño que tendría por nombre Marco, segundo y al mismo tiempo primer hijo de una conocida y poderosa familia, los O'Callaghan. Siendo el único hijo de la pareja fue criado con una cantidad inimaginable de lujos, sin embargo, a medida que crecía, el niño de ojos heterocromos presentaba comportamientos que escandalizaban a toda persona que estuviera cerca de él.
Los primeros seis años de su vida se desarrollaron de manera "normal", todas las criadas se quejaban de que era un niño llorón, y su único problema comportamental era su actitud reacia a dormir, fácilmente podían dejarlo en la cama y media hora después el ya estaría vagabundeando por cualquier lugar de la casa; un día a las tres y dieciséis de la madrugada se le escucho gritando desde el jardín. Inmediatamente la primera sirvienta en despertarse salió corriendo hasta el lugar.
De pie en su pijama, pupilas dilatadas en la oscuridad, inmóvil, mirando a los claveles rosados. La joven de unos treinta y dos años contempló la escena por unos segundos, miró hacia la jardinera donde no parecía haber nada extraño, solo las flores. Tomo al niño en brazos quien no se opuso en ningún momento, ingresó de nuevo al hogar, subió las escaleras, entró en la habitación, acostó al niño en la cama, quien inmediatamente se levantó. La chica se alarmo un momento pero el pequeño humano solo se quedó viendo atreves de la ventana que daba al jardín, veía los claveles. Al salir, la empleada le paso llave a la puerta con el pensamiento de que con tal de que no se tirara por la ventana estaría todo bien.
Ese mismo día, cuando el sol ya se había consolidado en el cielo, la misma empleada salió al jardín en unos minutos de descanso que encontró mientras que la familia almorzaba, recordó el incidente de esa madrugada, con pasos calmados se acercó a la jardinera dándose cuenta de que los claveles estaban marchitos.
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O'Callaghan
Teen FictionLos O'Callaghan son la típica familia adinerada de apariencia perfecta pero que en realidad guardan secretos y un lado oscuro. Te preguntarás: "¿Por qué deberia interesarme en un cliché más?" La respuesta es qué ni siquiera los O'Callaghan saben l...