Marco sabía que Everette era su hermano, aquel que había nacido cuatro años antes que él y siempre lo trataban como muerto, ahí estaba, frente a él, sin embargo, Everette no sabía ni una pisca de la verdad y Marco decidió mantenerla oculta.
El día de su llegada se le fue asignado un cuarto que compartía con otros niños de su edad, Marco nunca les prestó atención, más bien no le prestaba atención a nada que no estuviera relacionado Everette. No tuvo que hacer mucho para acercarse a él, todos sintieron curiosidad por Marco debido a su heterocromia, esto incluía a Adara quien fue la primera persona con la que Marco intercambio palabras pues sentía la conexión que había entre ella y su hermano, ella comenzó a cuidarle, él se dejó, y al poco tiempo ya se juntaba solo con la pareja de adolescente. Everette no lo demostraba, pues no era de demostrar mucho, pero Marco sabía que le agradaba y eso era suficiente para él.
Así pasó el tiempo, Marco se acoplaba a ellos perfectamente, se comportaba como ellos, como si tuviera más edad que la que su cuerpo reflejaba, a la distancia, ellos tres parecían una pequeña familia. Adara era una madre preocupada, Everette un padre bastante serio, y Marco era el hijo que finalmente conocía lo que era sonreír.
Las pesadillas de Marco aminoraron, esto debido a que descubrió un refugio en los brazos de Adara y en las palabras de Everette, ella estaba ahí en la noche para confortarlo, él estaba ahí en el día para aconsejarlo. Everette nunca lo admitió, pero sentía demasiado afecto por el niño, se sorprendía a si mismo por el sentimiento, pero había algo en él, en su rostro, en su manera de comportarse que se le hacía sumamente familiar, nunca supo que era en realidad su hermano, que su nombre no era Marco Everard si no Marco O'Callaghan. La verdad llegaría a Everette cuando su vida se encontrara cerca del final.
De vez en cuando venían parejas dispuestas a adoptar a alguno de los niños, a los adolescentes muy pocos les daban oportunidad y muchos de ellos ya estaban resignados a quedarse ahí hasta cumplir la mayoría de edad y poder salir del sistema de orfandad, Everette y Adara eran de los mayores y ya habían aceptado su realidad. A diferencia de ellos Marco tenía más posibilidades, pero su actitud seria y cerrada hacia los desconocidos no le ayudaba, de igual forma algunas personas ridículamente supersticiosas lo descartaban debido a su heterocromia.
Así pasó año y medio, para la casa de acogida Dalia había sido un muy buen tiempo pues la mayoría de niños habían sido adoptados, a otros los habían transferido con la idea de que tal vez tendría más oportunidad en otros lugares, pero Marco no era ninguno de estos casos, ya con once años de edad, seguía siendo feliz con su pequeña familia, sin embargo, su pequeña familia estaba preocupada por él, sabían que si se mostraba a las personas que venían a visitarlos de la misma manera que se mostraba con ellos muy de seguro una pareja se enamoraría de él y decidirían llevarlo con ellos a casa, eso querían Everette y Adara para Marco pues no querían que el pequeño tuviera que sufrir el miso desino de resignación igual que ellos, lo que no sabían es que Marco ha sufrido cosas mucho peores que resignarse a tener una familia, pues su propia familia lo había abandonado.
A espaldas del niño y con mucha insistencia, la pareja de adolescente logró convencer a la señora encargada de que transfirieran a Marco a un lugar donde haya más movilización de gente, un lugar donde tenga más oportunidad que en esa casa de acogida, ella se mostró reacia a la idea debido a la actitud antipatica que Marco siempre tenía con las visitas pues suponía que esto no iba a cambiar sin importar el lugar donde este, sin embargo al final ambos jóvenes lograron conmoverla con su preocupación.
Todo fue gestionado, le dieron a la noticia a Marco quien indudablemente no quería irse, no quería alejarse e de Everette y Adara, pero no tenía opción, él no controlaba el sistema de orfandad y tampoco podía ponerse en contra de una transferencia que se supone iba a ser lo mejor para él.
El último día se despidió de Adara y Everette, ese día sintió nuevamente lo que era perder a una familia, a diferencia de la primera vez donde se sintió abandonado, sintió que lo estaban arrebatando, porque de haber sabido que detrás de todo aquello fueron Everette y Adara quienes tuvieron la idea, hubiera sentido otra vez esa horrible soledad.
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O'Callaghan
Teen FictionLos O'Callaghan son la típica familia adinerada de apariencia perfecta pero que en realidad guardan secretos y un lado oscuro. Te preguntarás: "¿Por qué deberia interesarme en un cliché más?" La respuesta es qué ni siquiera los O'Callaghan saben l...