CAPÍTULO 7

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Mi espalda chocó contra la puerta.

Sus manos sostuvieron la puerta, acorralandome.

El miedo invadió mi cuerpo.

El miedo paralizó mis sentidos.

No sabia que hacer. Como reaccionar.

No me lo esperaba.

Su mirada seguí igual de fría.

- por favor, no me haga daño- fue lo primero que se me vino a la cabeza.

Una débil sonrisa se adueñó en los labios del señor ken.

Bajo la vista y se alejó. Dándome espacio.

Creando espacio entre nosotros dos.

- es parte del trato. Tú buscas a una mujer para mi hermano y yo no digo nada- me recordó.

Levanté la vista, encontrandome con su mirada. Ya no era fría.

Eso me dio tranquilidad.

Eso me posibilitó hablar sin miedo.

- ¿Por qué tienes tanta prisa en que su hermano se casé?- pregunté.

-así nos podemos largar de aquí- soltó. Enojado.

<<¿por qué quería largarse de aquí?.

Pensándolo mejor, creo que eso no es de mi importancia>> pensé.

-Ninguna mujer quiere casarse con su hermano, ¿qué quiere que haga?- Levante mis brazos.

-¿no?- preguntó, a lo que yo negué -bien, bajaré y le diré todo a tus padres- se acercó para abrir la puerta.

- no, no, no-negué, intentando evitar que abriese la puerta.

Fue entonces, cuando el señor ken levantó su rostro, que me di cuenta lo cerca que estábamos.

Tan cerca, que podía sentir su respiración chocar contra mi mejilla.

Su aroma a alcohol y menta.

Levanté mi vista, encontrandome con la curiosidad de su mirada.

De un movimiento, volví a estar acorralada entre la puerta y su cuerpo.

Su mirada se fijó en mis labios.

Y la mía en los suyos.

Se fue acercando lentamente, con la intención de besarme en este preciso instante. Cerré mis ojos, pérdida.

Mi respiración se volvió irregular.

Mi corazón comenzó a latir más fuerte que nunca.

Y cuando crei que iba a ser basada por un asesino....

-¡señor ken!- llamó mi madre del otro lado de la puerta.

Aleje al señor ken de mi.

¡mi madre!.

-ayyy dios, ella no me puede ver aquí- entre en pánico.

Recorrí la habitación, buscando un escondite.

-¿señor? ¿se encuentra allí?- volvió a preguntar.

Diablos.

¿por qué tuve que entrar aquí?.

Pensándolo bien no fue mi culpa. Él, me metió aquí en contra de mi voluntad.

-aguarde un momento- pidió el señor ken.

MI AMADA REBELDE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora