Premonición del amor 《Sasusaku; Nejiten; Utahota》

°Ya no hablamos°

Dos meses después.

Colegio 'Genjuk' en Tokio, Japón.
Hora del almuerzo.
09:11 am

Pasaron dos meses desde la última vez que Neji y Tenten hablaron. Lo que ocurrió en la habitación de la morena solo lo saben ellos dos.

Tenten no terminó su relación con Gaara, ni siquiera le contó lo que pasó, solo le pidió que nunca más volviera a mencionar al Hyuga de nuevo. En cambio, el castaño si mencionó el haber tenido diferentes opiniones con su amiga y que fue motivo de su 'ruptura de amistad'.

Ningún tercero intervino.

Ahora todos en la escuela sabían que la legendaria amistad entre Neji y Tenten había terminado. Siguieron con sus vidas.

—¿Sigues sin comer, Neji? —preguntó con tono de mamá enfadada— ¡Por eso estás cada vez más delgado!

El ojiperla resopló y siguió en la posición de sostener su cara con una de sus manos y con la otra jugar con el tenedor y la comida.

—¿Qué quieres? No tengo hambre.

—¿Y? Yo no quiero sonar como mi madre, pero lo hago porque me preocupa que mi amigo muera de hambre.

Arrebató el tenedor de entre sus dedos y picó un pedazo de manzana para llevarla a la boca del chico.

—Dí "Ahhhh". —ahora le hablaba como a un bebé.

Negó apretando los labios.

—¡Neji Hyuga abre la maldita boca de una vez! —alzó la voz llamando la atención de todos sin darle importancia.

Nada. Ninguna respuesta.

Rock Lee llegó con ellos y tomó de los hombros gentilmente a Ino.

—¿Sigue igual? —preguntó con preocupación.

—Siempre es lo mismo. ¡Ve lo delgado que está! —reprochó— Pff, encárgate tú, iré a tomar aire o terminaré matándolo.

Se levantó y salió del comedor. El pelinegro tomó el mismo asiento donde su amiga antes estaba.

—Hey, amigo. —sonrió intentando ser entusiasta.

Neji le miró de reojo.

—Hey.

Un breve silencio. Lee apenas se recuperaba de haber sido llamado idiota por el Hyuga por haber mencionado, accidentalmente, a Tenten frente a él.

—Hum, no le hagas caso a Ino. Ya sabes que se altera muy rápido. —fingió una risa- Ya se le pasará.

—Soy un idiota. —exclamó entre suspiros el castaño— Ustedes intentan ayudarme y yo solo los alejo. No merecen eso.

Lee robó un pedazo de manzana y asintió.

—Tienes razón, no lo merecemos, pero tú tampoco mereces sentirte miserable todos los días. —el tono que usó fue más firme— Sí, tu mejor amiga, de la que estás enamorado, no supo corresponder tus sentimientos de la manera en la que esperabas, ¡sigue con tu vida!

—¿Cómo supiste...?

—Por favor, no soy el mejor amigo de ambos de a gratis. Los conozco. —argumentó— Tenten, lo creas o no, también te sufre a su manera. Gaara se enoja cada vez más porque no le presta la misma atención que antes y ya no quiere salir tanto como antes. ¿Adivinas el por qué?

El ojiperla no respondió. Solo miró a la superficie de la mesa. Rock le extendió su móvil, estaba marcando un número.

—Habla con ella.