°Eres a quien quiero°

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Colegio'Genjuk' en Tokio, Japón.
Sala de profesores.
14:23 pm

Utakata llevaba dos días enteros analizando su situación, nunca desde que era pequeño había podido dejar de darle vueltas y vueltas a un mismo asunto, por más que tuviera la respuesta delante de sus ojos. El escuchar la experiencia de su compañero Kakashi le dio una perspectiva nueva a considerar, esperanza. Al saber que el peliblanco prefirió su relación con su estudiante antes que su trabajo; ¿por qué? "Por que ella lo valía".

Utakata sentía un miedo profundo al rechazo, a no lograr un objetivo. Odiaba sentirse frustrado, y ahora se encontraba entre la espada y la pared, sentirse frustrado por perder un empleo o sentirse frustrado al no estar junto a la persona que quería.

—¿Ya sabes lo que harás? —preguntó Kakashi sentándose en su respectivo escritorio con un café en la mano.

—No.

—¿Sabes? Algunas veces las decisiones tomadas bajo el impulso suelen ser mejores.

—¿A qué te refieres?

Hatake se encogió de hombros: —Ya sabes; si quieres algo solo ve por ello, ya después te preocupas por las "consecuencias". —acomilló con sus dedos— Aunque considerando tu forma tan obstinada de ser, seguramente no va contigo.

El castaño puso los ojos en blanco e hizo caso omiso. Se levantó de su silla y tomó su portafolio: —Te veo el lunes. —alzó una mano y le sonrió de lado a su amigo, quien hizo lo mismo.

Ya que era el último día de la semana las instalaciones escolares estaban casi desérticas, solo unos pocos estudiantes seguían ahí por detención o algún taller, en su mayoría de deporte o informática.

Utakata caminó tranquilamente hasta el estacionamiento, no tenía ningún plan para la tarde ni noche, probablemente ordenaría una pizza, vería alguna película que encuentre en internet y se iría a dormir temprano. Metió las llaves en la cerradura y abordó su vehículo.

—¡Profesor Utakata! —le llamó una peculiar e inconfundible voz— ¿Podemos hablar con usted?

Apagó el motor y descendió.

—¿En qué la puedo ayudar, señorita Yamanaka? 

Ino, acompañada de Hotaru se acercaron a él. La rubia mostró su carpeta de trabajo y empezó a preguntar respecto a un párrafo del texto que les tocó para exponer la siguiente clase. Ya que veían a escritores ingleses hablar de Jane Austen era nuevo para ellas.

—¿Ya entendió? —preguntó una vez que explicó el carácter y esencia del texto.

—Creo que si. ¡Muchas gracias! —le dio un codazo a su amiga— No seas grosera, necesitamos una buena nota.

La más baja rodó los ojos y sonrió lo mejor que pudo: —Gracias, profesor.

Ambas chicas se dieron la vuelta y se alejaban. 

"Espontaneidad", era la palabra que se repetía en su cabeza. "ESPONTANEIDAD".

—¡Esperen! —gritó causando una inmediata respuesta.

—¿Si? —quien habló fue Ino.

—Eh... —por un momento el hombre quedó en blanco— ¿Ya se van? Si quieren puedo darles un aventón a la estación de autobuses.

La rubia sonrió y se giró rápidamente para con su amiga: —Debes ir con él.

—¿Qué? Claro que no. ¿Por qué solo yo?

Premonición del amor 《Sasusaku; Nejiten; Utahota》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora