Capítulo 3

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Ridley:

"Bésame, pequeña Prescott"

No sé qué me sorprende más, sí que me pidiera algo como eso o que aunque se recordó así mismo que soy la hermana de su mejor amigo, aun así me ha pedido que lo bese.

Separo los labios nerviosa.—Caleb..

—Estoy esperando, Ridley.—Me pide ansioso.—Demuéstrame que no te gusto.

Por mucho que quisiera yo...

No quiero que mi primer beso sea un reto.

—No.—Pronuncio y su sonrisa se borra.—No lo hare.

Me paro de la cama, pero apenas y me muevo porque me toma del brazo y siento mi cuerpo chocar el suyo.

Caleb me coge de la nuca y estampa sus labios contra los míos.

Oh dios mío...

¿Realmente está sucediendo?

Caleb Grey está besándome...

Si, lo está haciendo y su beso no es nada a lo que había imaginado y no sé cómo reaccionar porque primero, llegue a pensar que estaba bromeando y ahora que lo estoy besando, recuerdo que nunca he besado a nadie y seguramente debo ser un desastre.

Aun así, no deja de sentirse bien.

Tengo que sujetarme de su camiseta, mis manos tocando lo duro de su pecho, nunca he sentido el pecho de Caleb tan cerca de mí y este si es como lo imagine.

Duro y fuerte igual que sus brazos, los que ahora me están apretando, su aroma es cálido y el sabor de sus labios huele a una combinación de vodka y ron, mi cabeza da vueltas y emito un pequeño ruido cuando sus labios me dejan solo para volver a atraparlos después de buscar aire y volver a besarme.

Su boca es ágil y puedo decir que besa muy bien porque me ayuda en mi torpeza mientras intento seguirlo, arrugo su camiseta y sus brazos me presionan más.

El me besa y esto parece un sueño, parece un enorme sueño del que no quiero despertar jamás.

Y sin embargo pasa, el momento de separarnos.

Cabo en cuenta que estoy sentada en su regazo y sus brazos envuelven mi cintura, mi frente está contra la suya y nuestras respiraciones ahora agitadas se combinan.

Caleb sonríe.

—¿Qué?

—No sabes besar ¿Verdad?

¡Qué vergüenza!

Intento separarme pero él no me deja ir.

—Eres...

—¿Es tu primer beso?.—Me interrumpe y mis ojos se abren.

Ni siquiera respondo y él sonríe.

—Si.—Admito sonrojada.

—Que honor ha sido ser tu primer beso, Ridley.

—Caleb...

—Me ha gustado y es justo como lo imagine.

Abro los ojos.

—Besar a mi pequeña Prescott.

El corazón me late muy rápido.

—¿Qué estás haciendo, Caleb?

Ignorando mis palabras, dice.—Aun no me ha quedado claro si te gusto.

Mis ojos se abren.

—Tal vez deberías demostrármelo de nuevo.

—Caleb...

—Y esta vez yo quiero demostrarte a ti porque puedes gustarme, Ridley.

¿Está pasando realmente?

Caleb vuelve a besarme y no solo esa vez, sino muchas más, durante toda la noche y hasta dormimos.






Dame una razón para estar contigo (#2 Odio a las chicas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora