rojo cual carmín (countryhumams)

capítulo 11: Fiestas

~ Diciembre de 1991, Moscú, Rusia ~

Un país tricolor camino desesperado por las calles de esa hermosa ciudad exótica, llena de secretos Y torres rojas, corrió cuando diviso una casa en especial donde entro y cerró las puertas tras de si, se quitó su abrigo y sacudió su cuerpo de la nieve.

Camino silenciosamente por los pasillos de la extensa casa hasta llegar a la sala principal y topar con los que son sus hermanos, Ucrania leía un libro a Bielorrusia y Kazajstán se mantuvo en silencio.

Paso frente a estos y siguió su camino asta las escaleras para el segundo piso, las vio con sus ojos tristes y comenzó a subirlas sin ánimos hasta llegar al final donde soltó un suspiro pesado y siguió caminando por los pasillos en dirección a una puerta en especial, trago seco en un intento de deshacer el nudo en su garganta el cual se hundió hasta su estómago cuando escucho voces, sus manos temblaron al tomar el picaporte, en cuanto lo giró se abrió la puerta de roble con un chillido el cual alertó a los que estaba dentro de ese cuarto.

Movió su vista hasta que quedó en cierto país con escudo tomando la mano de su padre recostado en una cama, las manos de este se encontraban manchadas de un color negro que subía hasta sus hombros dónde comenzaron las grietas exparcidas por todo su pecho recorriendo todo el cuerpo cansado de ese hombre. Camino hasta el lado opuesto del país tomando del hombro a su padre, el cual le vio, sonrío y tomo su mano.

-Hijo mío no tengo mucho tiempo antes de partir, te pido que por favor cuides de tus hermanos y sobretodo prométeme ser un buen hombre-

Puso en su mano una llave, un papel doblando y broche de oro con la forma de la Unión soviética.

-padre...-

-Rusia, por favor prométeme que los cuidaras, solo así podré irme en paz-

-....lo prometo.... Padre-

Ya no pudo aguantar más, sus ojos le ardían por las lágrimas y un sentimiento de vacío creación en su interior dando paso al dolor de la perdida, pronto los sollozos provenientes del otro país se hicieron más fuertes eso llamo la atención de Rusia ya que nunca le vio llorar durante la segunda guerra, este mismo tomaba la mano del soviético con fuerza e intentaba no caer.

-Мексика, no llores... se fuerte Мой беркут.-

Sus hipidos no se hicieron esperar junto con los pequeños diamantes resbaladizos, transitables y provenientes de esos soles dorados los cuales se cristalizaron a punto de romper. Lágrimas amargas recorrieron las rosadas mejillas del pequeño latino de unos aparentes 19 años.

-como quieres que lo sea? Si tú Ты умираешь.-

A Rusia le partió el corazón ver esos hermosos ojos tan dolidos, apunto de decir algo fue interrumpido por su padre que tomo con ambas manos las mejillas del latino, y le hizo una seña de que saliera de la habitación. Este entendió y salió del cuarto dejando solo nuevamente a su padre junto con el mexicano, justo cerrado la puerta visualizo algo que le dolió hasta el alma, eso fue el beso que le dio su padre a aquel lindo mexicano del cual estaba enamorado desde que le conoció.
Por otro lado el soviético dejo de besar los labios del mexicano viendo su adorable sonrojo en mejillas llegando a sus orejas, tomo la mano del mexicano con delicadeza y depósito algo en esta mientras le veía a los ojos.

-Мексика, cuida de Rusia, puede ser un hombre fuerte pero aún es joven e inexperto.-

-lo prometo, шаблон-

Y justo después de eso se acercó a aquel que alguna vez fue la unión más temida en Europa, ese imponente hombre color carmin, poso su mano por el rostro de este quitando los mechones blancos que tapaban el símbolo en su rostro similar a una cicatriz. Beso está para pasar a besar sus labios una vez más, sintiendo que no quería separarse de este ya que si lo hacía este se iría lejos de él.