Irónicamente todo lo que pensé que había dejado atrás, volvió en 6to grado. No entendía qué pasaba, en realidad no recuerdo sentirme triste, no era infeliz, no estaba solo, sin embargo, las lágrimas volvían, algo que no he logrado entender, como el hecho de por qué da tanto miedo perder algo que nunca has tenido. Miraba mi reflejo, era yo, era buen estudiante, aprendía muy bien, pero mi mente parecía hacerle a todo nudos, me preguntaba qué pasaba, todos queremos que las cosas cambien, pero no cambiar; estaba cansado de las mismas historias, pero diferentes personas. Mi miedo era irracional, era muy pronto para que fuera demasiado tarde, yo no lo entendía, mi día empezaba bien, llegaba bien, todo estaba bien, y de la nada, la nube se posaba sobre mí, me hacía sentir mal, lloraba porque no quería llorar, no podía dejar de hacerlo, a los demás esto les agradaba, pues por mí todo se paraba y tenían tiempo libre. Me hablaban muchas personas, sabía que a muchos no les interesaba mi situación, me decían que confundía depresión con tristeza, y yo pensaba "si solo vivieran un día en mi cabeza". Tanto que decir, pero me quedaba mudo.
Esto duró bastante según lo recuerdo, todo se me estaba hundiendo, lloraba constantemente, pero en casa nunca; mi último recurso antes de que todo se destruyera, fue DIOS, le pedía que por favor, no llorara ese día, como si él pudiera decidirlo, yo confiaba totalmente en él. De la nada, un día no fui a clases, y no lloré, ahí supe que al regresar de vacaciones debía superar ese dolor. No entendí cómo lo hice, lo único que recuerdo es que me divertí, me visitaban unos familiares, y yo los visitaba a ellos; era un niño, debía actuar como tal, así que jugaba con quien podía. En ese momento, sin darme cuenta, todo empezó a cambiar...
He luchado para recordar cómo lo conocí, pero no lo logro; lo único que recuerdo es que era un niño pequeño, y muy llorón. No empecé conociéndolo a él, sino a su prima, él estaba generalmente con ella, cabe destacar que, ambos eran mis primos, algo desconocidos, y más por el hecho de que yo era más grande que ellos, en casi todos los sentidos. Esta personita tan pequeña y llorona, fue creciendo junto a mí, no directamente, pero podíamos mantener una secuencia; increíblemente ellos me ayudaron a crecer en valor, y cuando llegué a la escuela, y pasé por esa situación tan extraordinaria, su valor me hizo llegar con un espíritu enorme, y vencí esos demonios que me atacaban. Muchos de mis compañeros me preguntaban qué había pasado, yo no entendía, y sin darme cuenta me separé nuevamente de todo; decidí volver a ser el solitario, era algo triste, pero con eso podría llevar esos meses que me faltaban y poder superar esa mala racha que me invadía.
Fueron muchas las tardes que jugamos juntos, y pude cernirlos de cierta manera, y darme cuenta que él, con su inocencia tan blanca, me ayudaba más a superarme a mí mismo. No lo conocía para nada, pero no era necesario, lo único que conocía era su nombre, Yan Keiber, un nombre bastante raro, que me cuesta aun pronunciar, por lo que decidíamos decirle "Yan". Éramos pequeños, reíamos por tonterías, por cosas extrañas; yo le mostraba mi mundo, él me enseñaba que lo más preciado estaba en el corazón.
En mi mente hay un desorden de recuerdos, algunos pasaron antes, otros después. Lo cierto es que esa personita tan normal, se convirtió en alguien extraordinario, y yo no me daba cuenta. Jugábamos cosas muy raras, cosas que solo pueden jugar 2 personas, como congelado, pero con la diferencia que si te congelaba tenías que hacer alguna cosa, como tocar la pared, cosas que solo un niño entiende. Se resalta que él era más pequeño que yo, y que obviamente yo siempre ganaría en todo, pues era más rápido y fuerte, sin embargo, amaba dejarlo ganar y ver cómo era feliz con algo tan simple y yo teniendo tanto, no valoraba nada.
La mente se me despejaba totalmente, quizás era el hecho de que yo tenía el poder de decidir o el simple sentimiento de reír sin límites, de jugar libre, salir de esas paredes, y ser el que miraban jugar, no el que miraba jugar. Él me enseñó cosas que no entendí hasta hoy en día, como el querer de verdad a alguien, el hecho de sentir presión por ser diferente, y aun así ser buena persona. Son miles las cosas que puedo decir de él, pero solo unas pocas las que se pueden expresar de alguna manera...
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YAN
Random"YAN" Narra una parte de mi historia, esa que pocos conocen; todo de la mano de ese ser pequeño, que con el tiempo se volvió mi mejor amigo...mi único amigo ...Siempre golpeas mi puerta y me cambias lo pacifico, desde lo físico hasta lo mental; camb...