capítulo 3

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Héctor sacó a bailar a Victoria por petición de Rosa. Cuando la pieza de música terminó, María se separó del muchacho, pero no lo soltó de la mano.
_ ¿Hay algún lugar en la casa donde podamos hablar sin ser molestados?_ a pesar de querer aparentar calma, la voz de María tembló por la emoción_. Necesito que hablemos en privado de un asunto que nos concierne a ambos.
Héctor se quedó sorprendido ¿qué sería lo que aquella mujer necesitaba tratar con él, cuando apenas se conocían?
A pesar de sus dudas, Héctor asintió y la guió hacia el despacho de Antonio Sousa.
¿Parecía angustiada?
En cuanto Héctor cerró la puerta del despacho de su suegro tras de sí, María le soltó una pregunta que lo dejó perplejo.
_ Héctor ¿Te acuerdas de tu madre?
El chico titubeó antes de contestar, porque no entendía por qué esa mujer le hacía semejante pregunta. ¿A caso la habría conocido?
No mucho contestó finalmente_. Mis hermanos y yo éramos muy pequeños cuando ella Murió.
¿Muerta? Pensó María y casi lo gritó. ¡Sus hijos la creían muerta!
Aún así, tragó saliva y preguntó para cerciorarse:
_ ¿María está está Muerta?
Héctor la observó con los ojos entrecerrados.
_ ¿La conocía?
Hubo un corto silencio, durante el cual, María estaba buscando la respuesta a aquella lógica pregunta.
_ Sí_ contestó finalmente_. Fuimos Fuimos buenas amigas.
Héctor sonrió.
_ Debió de ser hace mucho tiempo_ le dijo, tomándola de la mano y ayudándola a sentarse en el sofá. Después se sentó a su lado_. Porque hace veinte años que ella tuvo aquel fatal accidente de tráfico que terminó con su vida.
A María se le llenaron los ojos de lágrimas y lógicamente, Héctor pensó que eran debido a la pérdida de su amiga.
_ No sufra por ella, Victoria_. Intentó reconfortarla Héctor, echándole un brazo por encima de sus hombros y acercándola a él_. Mi madre no sufrió. Es algo que le hemos preguntado a mi padre y a las tías muchas veces. Según los datos médicos, murió en el acto.
En el acto Repitió María en su cabeza. Veinte años ¡Veinte años! Eso significaba que Esteban aún siguió viéndola cuando sus hijos ya la creían muerta y se lo ocultó intencionadamente
¡Maldito traidor!
¡Había sido capaz de ir a verla y asegurarle una y otra vez que la quería, y sin embargo la había enterrado para el resto del mundo, incluidos sus hijos!
¡Oh, Dios! ¿Cómo había sido tan estúpida? ¿Cómo había podido amarlo de una forma casi obsesiva hasta hacía unos minutos?
¡Idiota, idiota!
Ahora lo odiaba. Lo aborrecía con la misma intensidad que lo había amado. Tanto que hasta le dolían las entrañas por el desden. Tanto que, a pesar de no ser una persona retorcida, estaba dispuesta a vengarse.
Esteban San Román, se acababa de convertir en su mayor enemigo, e iba a recibir su merecido. Iba a quitárselo todo. Iba a dejarlo tan solo como él la había dejado a ella.
_ Gracias Héctor_ le dio un beso en la mejilla a su hijo y se levantó del sillón, decidida a cumplir la promesa que acababa de hacerse a sí misma.
_ No. Gracias a usted_ le correspondió el muchacho besando una de sus manos_. Mis hermanos y yo no hemos tenido muchas oportunidades de hablar sobre nuestra madre. A mi padre aún le duele oír hablar de ella. A pesar de que últimamente esté pensando en casarse con otra, estoy seguro de que aún adora el recuerdo de mi madre.
¡Y un cuerno! Pensó María para sus adentros. Ese cobarde egoísta tan sólo pensó, piensa y pensará en sí mismo. Y si estaba en su mano, nunca lo dejaría ser feliz, y menos con otra mujer. Eso jamás iba a ocurrir. ¡Jamás!

Acababan de unirse a los demás, cuando Esteban dejó de bailar con Ana María y se acercó a sacar a bailar a su consuegra.
_ De eso nada, muchacho_ le dijo Antonio, tomando a su mujer por la cintura posesivamente, encaminándola él mismo hasta la pista de baile. Después, le susurró con sorna_. Esta mujer es mía. Pero puedes sacar a bailar a Victoria. Le ha dicho a Rosa que está muy interesada en ti.
_ Pues no será por la cara_ contestó él con sarcasmo_. Porque estas incómodas máscaras no dejan a la vista más que los ojos, la boca y la nariz.
_ Pues no se te ocurra quitártela, si no quieres que mi madre se convierta en tu peor enemiga de por vida. La abuela Dolores puede ser un enemigo Muy difícil de apaciguar.
Antonio soltó una carajada y se llevó a su mujer hacía la pista de baile. Esteban se dirigió hacia donde se encontraba María.
_ ¿Me haría el honor de concederme este baile, mujer preciosa e inteligente?
_ ¿Y cómo sabe que soy preciosa e inteligente?
Porque tiene una voz maravillosa algo golpeó la parte del cerebro de Esteban en la que guardaba sus más preciados recuerdos. ¿Por qué le sonaba tanto aquella estúpida conversación? ¡Casi estaba seguro de cómo seguirla y de lo que ella contestaría! ¿Podría ser? Tenía que comprobarlo_. Ninguna mujer con esa maravillosa voz, podría ser fea o estúpida. De hecho estoy seguro de ello, por eso deseo invitarla a cenar, mañana por la noche, así podremos conocernos sin estas estúpidas máscaras de por medio.
_ ¿Y si realmente lo fuera?_ María también tenía sus recuerdos. ¿Quería jugar? Pues jugarían.
¡Exacto! ¿Podría haber tanta casualidad? ¿Podría Victoria pensar como ???
_ ¿El qué? _ Prosiguió él. ¿Podría continuar con aquello?
_ Fea y estúpida_ contestó María siguiendo con aquel juego peligroso_. ¿Seguiría interesado en conocerme solo por el timbre de mi voz le gusta?
Finalmente Esteban quedó perdido en los recuerdos, y contestó incoherentemente:
_ Vamos, señorita Fernández ??
_ ¡Esteban, cariño!
Gracias al cielo, que la voz chillona de Ana Rosa evito que siguiera con aquella estupidez; se dijo para sí Esteban, mientras soltaba a María y se giraba hacia la mujer que se acercaba a ellos atravesando la pista, avasallando a cualquiera que se sintiera en su camino.
¡Ana Rosa! ¿Pero cómo ???
_ ¿Qué diablos haces aquí?_ preguntó irritado, cuando la tuvo colgada de su cuello.
_ Oh, cariño_ dijo ella melosamente, mirando a María de reojo_, Fui a tu casa a buscarte, y Rebeca me dijo que habías ido a una fiesta en casa de los padres de vivían , y como creo que se te olvidó el detalle de decírmelo, he venido para hacerte compañía y que no te sintieras tan solo.
Ana rosa lo besó en los labios, pero Esteban la apartó de él bruscamente, ¿por qué le molestaba tanto que lo besase delante de Victoria?
_ No te dije nada, porque se trata de un baile de disfraces_ le espetó_. Sé que a ti no te gustan esta clase de eventos. Por si no te has dado cuenta, tú eres la única que no vas disfrazada ni llevas puesta una máscara.
_ Pero eso puede arreglarse, ¿Verdad, señorita Soler? _ Dijo Vivian que se había acercado a ellos sin que nadie se percatase de su presencia_. Si hace el favor de subir a mi cuarto, estoy seguro de que encontraremos algún díasfras que lo haya utilizado otros años y que sea adecuado para que pueda integrarse a nuestra fiesta de carnaval.
_ Pero ?? _ quiso quejarse Ana Rosa.
_ Debes hacerlo, Ana Rosa_ la presionó Esteban_. La abuela de Vivian es la anfitriona de este evento, y ella exige que todo el mundo esté disfrazado. Si no quieres hacerlo, entonces, será mejor que te vayas.
_ Está bien_ accedió finalmente Ana Rosa. Pero antes de acompañar a Vivian, centró toda su rabia en María_. Este hombre es mío, ¿lo entiende, señora? No se le ocurra volver a poner sus ambiciosas garras en él. En seguida vuelvo, cariño. Pórtate bien.
Esteban se sentía a punto de explotar de ira. Ana Rosa lo había puesto en ridículo con sus estúpidos celos una vez más.
_ Lo Lo siento mucho, Victoria_ comenzó a tartamudear Esteban, volviéndose hacia ella_. Yo No
_ No es necesario que se disculpe, Señor San Román_ consiguió decir María, a pesar de que por dentro se estaba muriendo de rabia, dolor y celos_. Creo que la espontaneidad de su novia es debido a su juventud. No debe tenérselo en cuenta. Y ahora será mejor que me vaya antes de que regrese Ana Rosa. Parece que no le gusto demasiado. En cuanto a la cena de mañana No deberíamos
_ ¡De eso nada!_ exclamó Esteban, haciendo que algunas cabezas se volvieran para mirarlos_. Ella es sólo una amiga de la familia. No decide con quién me relaciono o a quién debo invitar a cenar.
_ Está bien_ otorgó María. Estaba segura de que él insistiría, por eso ella había intentado negarse_. Mañana a las diez en OBBOS. Es un pequeño restaurante italiano que hay en
¡OBBOS! Allí cenó por primera vez con María.
Conozco el lugar dijo Esteban sorprendido_. No sabía que siguiera abierto. Hace mucho tiempo que
Ana Rosa se acercaba nuevamente a ellos, acompañada por Vivian.
¿La había disfrazado de prostituta?
Esteban, bajó la cabeza avergonzado, y María no pudo evitar soltar una risita.
_ Ya estoy aquí_ dijo la chica, orgullosa de sí misma_. ¿Estoy guapa?
Ana Rosa dio una vuelta ante los ojos de Esteban y de nuevo se arrojó a su cuello.
_ ¿Cómo me has reconocido?_ le preguntó Esteban a Ana Rosa. Por el tono de su voz, parecía más molesto que antes_. Con este disfraz es difícil que
_ Oh, cariño_ El tonito de niña tonta que utilizaba aquella rubia de bote, estaba poniendo de punta los ya exaltados nervios de María_. Ya sabes que conozco cada centímetro y cada rincón de tu encantadora y sexy anatomía. Podría reconocerte hasta disfrazado de abominable hombre de las nieves.
_ Será mejor que me marche_ gruñó María. Estaba perdiendo la poca paciencia que le quedaba para esa noche_. Ese disfraz es perfecto para usted, señorita Soler. Describe maravillosamente su personalidad_ no pudo reprimir soltarle a la insoportable Ana Rosa, antes de girarse y tomar a la mujer de su hijo del brazo_. Vámonos, Vivian.
Esteban se quedó mirándola sorprendido, mientras las dos mujeres se alejaban.
_ Será una cena interesante_ le gritó Esteban mientras la observaba alejarse de su lado.
_ No sabes cuanto.
Fue lo último que Esteban la oyó decir.
_ ¿Me ha llamado lo que creo que me ha llamado? _ La solicitada Ana Rosa a Esteban, cuando las dos mujeres desaparecieron también de su vista.
Esteban echó la cabeza hacia atrás y se carcajeó como no lo había hecho en veinte años. Pero no por la estúpida, y por otro lado, obvia, pregunta de Ana Rosa; si no, por la sutileza que había utilizado Victoria para dejar clara su opinión sobre la mujer que lo acompañaba en ese momento.

Me ha parecido que era encantadora, Ana María, mientras que su madre la ayudaba a quitarse el pomposo vestido de época, que ella había elegido para aquella velada_. Y me ha estado hablando de mis hermanos.
María sabía perfectamente que Ana María estaba hablándole de su padre. Pero encolerizada como estaba con él en esos momentos, solo pudo murmurar:
_ Ah, que bien.
La chica no se amilanó ante la repentina falta de interés de su madre y continuó contándole sus inquieres.
_ Me dijo que Estrella esta de viaje de negocios con su marido. Es poli, ¿lo sabías?, y que ángel es director de no se cual hospital de aquí, de la capital. Lo que sí me dijo es que se trata de uno de los mejores del país. Al parecer se siente muy orgulloso de sus hijos_ en ese momento, maría advirtió un toque de dolor en la voz de su hija. Pero enseguida se recompuso, y María lo dejó pasar_. ¿Crees que le gustaría la idea de que su hija menor se convierta en todo un arquitecta?
María sonrió. Hasta hacía unos meses, su hija quería ser periodista, anterior mente, se inclinó por las telecomunicaciones, y antes que eso, artista. ¿Y ahora?
_ ¿Una arquitecta?
_ Ajá_ confirmó la chica, concentrada como estaba, en quitarse la peluca y soltar su preciosa cabellera negra de su confinamiento_. Es algo que se me ha metido en la cabeza desde que tío Luciano nos llevó a ver el palacio de las bellas artes. ¡Es un edificio magistral! Me encantaría poder construir cosas como esa.
María sonrió de nuevo y comenzó a cepillarle el cabello a su hija.
_ ¿Y qué tal te ha ido a ti con Héctor?
María frunció severamente el ceño, pero no contestó.
_ Ah, ya veo_ especuló Ana María sin retirar la vista de la de su madre que se reflejaba en el espejo_. ¿Tan malo ha sido?
María dejó de cepillar el pelo de su hija, depositó el cepillo de nuevo sobre la coqueta y comenzó a pasear nerviosamente por la habitación.
Repentinamente se paró en seco y se giró hacia la joven que la seguía con la mirada preocupada.
_ Tu padre me ha matado, Ana María_ soltó finalmente, acompañando su revelación con un mar de lágrimas_. Tus hermanos me creen muerta desde hace veinte años.
_ ¿Qué?
_ Lo que has oído, hija_ le confirmó ella, si dejar de llorar_. Esteban le dijo a tus hermanos que había muerto en un accidente de tráfico, y para colmo, acabo de enterarme que mis tres hijos mayores hace ya muchos años que enterraron mi recuerdo. Ni siquiera, Héctor, el mayor, se acuerda de la cara de su madre. No han visto fotografías mías. Ni si quiera les permite hablar sobre mí en su presencia. Pone como escusa que aún le hace daño, y yo
María rompió en sollozos mucho más intensos, y Ana María corrió a abrazarla.
_ ¡Ese canalla!_ espetó la chica, conduciendo a su madre hasta sentarla en el borde de su cama_. ¡Me las va a pagar, lo juro!
_ ¡No!_ le rogó María con la mirada_. Sigue siendo tu padre, y yo te enseñé a respetarlo como tal. Pero yo no tengo por qué hacerlo, ¿no es cierto?
La mirada de complicidad y de seguridad en sí misma de su madre, le recordó a Ana María que era perfectamente capaz de cuidarse ella sola.
_ Y, ¿En qué has pensado?
Las dos mujeres se pasaron casi toda la noche tramando el plan de venganza que María ya había iniciado al aceptar la invitación de su desleal ex marido para que cenara con él la noche siguiente.

Continuara...........

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