¿Que pasaría si te dijera que me enamoré de alguien no correspondido?
¿Que pasaría si te dijera que ese "no correspondido" era el hijo de la familia "enemiga" nuestra?
¿Que pasaría si te dijera que en mi familia somos 13?
¿Que pasaría si te dijera q...
Habíamos llegado a la gran casa de Thomas. Ya la música podía escucharse desde unos kilómetros. Tuvimos que estacionar el auto de Emma a unos metros de la casa e ir caminando. Había mucha gente, no solo dentro de la casa que tenia como dos pisos, sino también afuera, tanto en la parte delantera como su trasera. Era increíble. Pero también le veía el lado negativo a todo esto: había demasiada gente, la mayoría alcoholizada, y solo conocía a dos personas. Emma tomó de mi mano y nos adentramos a la casa, esquivando a las personas.
-Avisame si lo encuentras- me dice gritando Emma.
Se refería a Thomas, claramente. Seguimos pasando por entre las personas mientras la música retumbaba por todo el lugar. Con Emma logramos llegar a la cocina donde para nuestra suerte, el dueño de casa se encontraba allí.
-¡Thomas!- lo saludo Emma apenas pone su vista en el.
Thomas, quien charlaba con su amigo, volteó hacia nosotras y no dudó en abrazarla, muy cariñosamente diría yo, a mi amiga.
-Emma, que bueno que vayas venido- dice Thomas y luego coloca su mirada en mi- No puede ser. ¿Sophie Baker?
-La misma que viste y calza- dije riendome.
El extiende sus brazos para abrazarme
-¡No puede ser!- dice Thomas- Has cambiado muchísimo.
-Y veo que tu tambien- digo rompiendo el abrazo- Y que bonita casa, no lo recordaba así.
-Bueno, siempre es bueno recordar viejas épocas ¿no?- dice ahora mirando a Emma, quien no duda en colocar su brazo alrededor de ella para abrazarla.- Pero oye, me alegra que hayas regresado.
Le sonrio ante su comentario. Realmente era un buen hombre.
-Pero tu señorita, tienes que ver algo- le dice a Emma
-¡Espera!- dice Emma soltando aquel abrazo y se acerca a mi- ¿Segura que no te molesta?
-Claro que no- digo- Ahora ve....
Ellos se ríen y se escabullen entre las personas. Observé todo a mi alrededor pensando que podía hacer en este momento. La noche iba pasando, y a medida que caminaba sola por aquella enorme casa, me he encontrado a algunos conocidos. Han cambiado tanto que al principio me costó reconocerlos, que siendo completamente honesta, fueron ellos quienes me reconocieron a mi. Lamenté que me pasara aquello pero desde que mis hermanos pequeños nacieron, ya no volvimos. Ha pasado tanto tiempo. Luego de un rato, me sentí tan agobiada por la cantidad de personas que me acerqué a la cocina donde ya había menos personas, y para mi suerte solo conversaban. Me acerqué a la gigante heladera, que parecía ser nuevo y la abrí. Había de toda clase de bebidas, pero personalmente tenía ganas de tomar una cerveza. No se asusten, tomo con moderación.
-Asi que la niña buena ahora se convierte en mala-
No. Puede. Ser.
Voltee a ver, y sip. Allí estaba el, recostado sobre la mesa isla en el medio de la cocina. Me quedé un segundo anonadada ante lo bien que se veía.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
