➳ Lo que no pudo ser ❌Nebula❌

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AU dónde la Gamora de nuestra línea temporal revivió en la escena de los portales.

Gamora estaba en el momento más feliz de su vida.

Feliz porque todo el asunto de las Gemas del infinito acabara y con ello su padre derrotado ya no estuviera en el mundo de los vivos.
Él la había arrojado al risco de un frío planeta desolado, muriendo en la caída sola sin sus amigos. De pronto en un pestañear de ojos un círculo naranja brillante la había llevado a un paisaje impresionante. Se encontró con la batalla más grande que hubiera visto en su vida, una pelea de la cual el destino de todo el universo pendía de un hilo.

Ganaron a costo de un sacrificio a manos de un terrano. Gracias a él ya podía gozar de una vida completamente tranquila, sin el pendiente de que en el espacio hubiera un loco tratando de cometer genocidio masivo.

Su familia estaba completa, sus amigos y novio estaban con ella y podía por fin tener una relación "normal" con Nebula. Además, Thor se les había sumado a su equipo.

Sin embargo con el paso de los días un desconcierto se hizo presente en Gamora.
No se trataba de ella, sino de su hermana.

Los primeros días ella estuvo lo más normal que Nebula podía ser. Pero al pasar los días un aura de tristeza se apoderó de su hermana. Y no hablar de su extraño comportamiento; la había descubierto que cada vez que se reunían todos a comer o algo por el estilo, observaba a Thor constantemente como queriendo ver más allá del dios. A parte que se había vuelto un hábito que ella se perdiera en la bonita vista repleta de estrellas.

No quería cuestionarla al respecto, pues a penas estaban forjando una relación completamente estable. No deseaba incomodarla... aunque su curiosidad por saber que traía así a su hermana era grande.

***

Gamora no podía dormir. A pesar de su tranquilidad de saber que ya estaban a salvo, esa paranoia tardaría un poquito más en irse. Así que al saber que no podría descansar se zafó con cuidado del agarre de Quill para no despertarlo. Con una pequeña sonrisita le alisó el pelo a su novio para después levantarse de la cama.

Salió de la pequeña habitación y se dirigió abajo del Benatar a ver en que podía entretenerse.

Vaya sorpresa que se llevó al ver a Nebula sentada en uno de los improvisados sillones con la cabeza recargada entre las rodillas.

Pensó que había ignorado su presencia pero al oírla suspirar con ¿tristeza?, no pudo hacer nada más que abrir los ojos de la sorpresa.

—Nebula—sus cejas se alzaron con impresión al ver el sobresalto de la chica azul.

—¿Qué pasa?—preguntó tratando de recobrar la compostura.

—Esa pregunta te la debería hacer yo—la de piel verde puso sus manos en su cintura—. ¿Qué es lo que sucede contigo?

—¿Conmigo?

—Puede que no siempre nos llevamos bien pero te conozco de casi toda una vida Nebula. Tú no eres así.

—¿Así cómo?—preguntó la otra frunciendo el ceño y parándose de su sitio.

—Tú nunca tienes la guardia baja, siempre estás atenta a todo y ¡mírate! Te acabó de asustar con sólo decir tu nombre. Estás cómo si soñaras despierta a todas horas. Además ¿por qué miras a Thor cómo si quieras interrogarle?

Nebula sólo parpadeo confundida y nerviosa.

—No es nada—se cruzó de brazos mirando el suelo.

—¿No es nada?—preguntó desconcertada. Obviamente era algo. Ninguna de las dos era buena demostrando sentimientos pero ella a fin de cuentas pudo desenvolverse con mucho más facilidad que su hermana. Tenía que ser más comprensiva si quería saber qué cosa le pasaba a su hermana—. Mira, no quiero ser entrometida con le qué sea que te suceda pero me importas. Nunca fuimos buenas en esto pero ahora que Padre, quiero decir que Thanos ya no está podemos ser hermanas de verdad. Quiero conocerte, quiero que confíes en mí.

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