Capítulo 8: Dos Almas Perdidas Pt3

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Cuando NamJoon cumplió dieciocho dio una gran fiesta, bueno, sus padres, pero no pude ir, estaba siendo castigado cuando me atraparon escapando, no es que yo fuera un idiota escapando, me habían delatado, un compañero de habitación me vio salir y llamó a la directora del orfanato.

Además, no se me pudo ocurrir una mejor idea, que llevar de prestado el vino que el sacerdote usaba en la misa.

Creí que la otra monja que vigilaba nuestras habitaciones era cruel, pero la directora era peor.

Mientras estaba arrodillado frente al altar, me hicieron extender las manos y con la regla pegó en las palmas.

Un picor se sintió al principio, pero cuando golpeó la cuarta vez apreté mis labios, ya comenzaba a arder, la fuerza con la que la golpeaba mis manos me daba miedo, y no es que yo fuera un cobarde, no recordaba ni una sola vez que mis padres me hayan golpeado por travieso y no es que no lo fuera, pero ellos siempre se sentaban y me hablaban calmadamente, la veinticincoava vez las lágrimas caían por mi rostro y cuando se detuvo ya no sentía mis manos.

"Séptimo mandamiento. No robarás" comentó mientras pasaba una y otra vez frente a mí, con la regla en su mano "robar es una ofensa a la justicia y el arrepentimiento implica la restitución del mal cometido y es la única garantía del perdón divino" aquellas palabras me hacían sentir aterrado, jamás imaginé que mi castigo sería físico.

"Lo siento" mis manos temblaban, sólo quería que me dejara en paz.

"Lo que dices, no es por arrepentimiento" ¿como lo sabía? ¿Como sabía que no estaba arrepentido? ¿Acaso ella sabía lo que yo sentía? ¡ella no sabe nada! "Serán diez más" negué con la cabeza, ella me observaba con tanto odio que pensé que tal vez, la había asesinado en mi vida anterior "extiende tus manos" ordenó.

"No, por favor"

"¡Extiendelas!" Gritó con fuerza, cerré los ojos y extendí mis manos.

Quién sabe cuantas veces supliqué pero ella no se detuvo.

Esa noche de pesadilla se fue y cuando me di cuenta, estaba sentado en aquel buró, observé a NamJoon entrar con más chicos de lo habitual. Reían y hablaban sobre la fiesta. Cuando el alfa se sentó a mi lado, le sonreí.

"¿Fue divertido?" Pregunté mientras el moreno sacaba sus cosas de la mochila pero al no responder supuse que estaría enfadado. "Oye, lo que sucedio fue que...

"Te castigaron" comentó haciendo que suene como si fuera una excusa. Asentí con la cabeza sabiendo que sonaba a mentira y el alfa ni siquiera me observó.

"¿te trajeron muchos regalos? Ah por supuesto que sí, eres muy popular aún teniendo un horrible temperamento" pero por supuesto, lo último sólo lo sabía yo "NamJoon lo que sucedio fue...

"Buenos días, hoy vamos a comenzar con el capítulo de omegas, si alguien tiene dudas con el capítulo de alfas de la clase pasada, por favor, las preguntas son al final de la clase" fui interrumpido por el profesor.

A duras penas había sacado el cuaderno de la mochila, ni siquiera quería utilizar mis manos, estaba tan dolorido.

NamJoon colocó el libro en medio de la mesa, así que ambos estabamos leyendo del mismo libro.

"No estas molesto ¿verdad?" Susurré mientras el profesor leía en voz alta.

"Presta atención" aquella frase me lo dijo todo.

"puedes utilizarme como quieras, es mi regalo para ti" cuando dije aquello, el alfa me observó como si quisiera decirme algo pero al final bajó la cabeza y no dijo nada.

Destruyendo Mi Matrimonio (NamJin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora