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—¡No, no, no! Te he dicho cientos de veces que no tienes que encorvar tu espalda.

Al escuchar el exigente mandato el rubio irguió su columna vertebral tratando de permanecer en una buena posición. Realmente lo estaba intentando, pero era difícil tener una postura adecuada cuando estaba cargando esas pesadas alas de metal. Estas hacían que sus hombros, cuello y espalda sufrieran demasiado; No le pagaban suficiente para esto...

Bueno, la verdad es que su sueldo era excelente, grotesco, una grosería para muchos; pero digamos que le gusta quejarse.

El ambiente entre bastidores estaba lleno de estrés y tensión. Cualquier pequeño error podría causar una catástrofe, es por eso que el asistente de pasarela dejaba ver la presión que sentía.

—No dejaré que arruines lo que me costó tanto esfuerzo. –alzó su voz aún más. Niall rodó los ojos mientas una chica acomodaba el cuello de su chaqueta de cuero. Dan estaba siendo demasiado dramático.

Uno se sus compañeros rió, mofándose por la llamada de atención que había recibido Niall.

—¿De que te ríes, idiota? –preguntó molesto.
Si Niall ya estaba tenso, ahora estaba malhumorado. No solía contestar así, pero con ese sujeto era diferente.

—Tranquilízate, Qasimodo. –soltó Styles provocando la risa de sus otros compañeros. Niall odiaba ese lugar, pero debía de estar ahí lo quisiese o no.

La internacional marca de diseñador Gucci, estaba haciendo una colaboración con la agencia que lo representa. Su agente había insistido múltiples veces para lograr que participara en ese desfile.

Repitió sin cesar que era una maravillosa oportunidad, que con suerte ese evento posicionaría a Niall en las grandes ligas y lograría adentrarse al mundo de la moda como nunca antes, llegando así a ser catalogado como un modelo de talla internacional.

Además de todos esos beneficios, ¿Quién no quisiese modelar para Gucci?... Pues él no.

Niall no deseaba en lo absoluto estar en el mismo sitio, lugar, estado o país en donde Harry estuviese. Mucho menos siquiera compartir el mismo aire.

Styles era un completo idiota.

Bueno, al menos para él lo era, enfatizando lo anterior porque para medio planeta tierra Harry era un encanto, un amor de persona; Pero no, Niall lo conocía bastante bien, era un tremendo hipócrita.

—Te partiré la puta boca si con eso logro hacer que cierres el maldito pico. –amenazó el dueño de los intensos ojos celestes.

—Partemela a besos. –guiñó y le dedicó un beso haciendo bienvenida una vez más a las risas. Aunque que con ello también logró que la furia de Niall creciera por su pecho y que la sangre que recorría por todas sus venas estuviese ahora hirviendo.

El rubio estaba a un segundo de replicar con un comentario a cerca de su grasoso cabello pero fue interrumpido.

—Último aviso, se detienen o arrojaré sus escuálidos traseros a la calle.

Volvió a regresar Dan, y ojalá pudiese decir que más tranquilo, pero la verdad es que estaba hecho una furia. Todo mundo debería de relajarse o ese hombre tendría un ataque cardíaco.

Niall respiró profundo, no dejaría que ese infeliz arruinara su noche, Styles ya había desbastado varias de ellas, no le permitiría hacerlo una más.

Él jamás olvidaría todo el sufrimiento que Harry le había hecho pasar, le odiaba con profundo sentimiento, en su corazón permanecería el rencor para siempre; Recordaría con despecho su rostro. Simplemente tenía unas inmensas ganas de estrellar un puñetazo en su estúpida sonrisa autosuficiente.

Narry; one shots. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora