Te amo, Hisoka.

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- ¿Qué haremos?, Los Kuran se fueron de aquí y no dejaron rastro. Convencieron a Cross de irse con ellos y nadie sabe nada.- Habló Kaito con semblante serio, su mirada fija en las escaleras que daban al piso de arriba, donde se encuentra Zero.

- Los buscaremos Mocoso, esas malditas sanguijuelas deben pagar por lo qué le hicieron a mi hijo.- Yagari aunque no lo demostraba, estaba más que enfurecido.

La sala quedó en un silencio sepulcral. Les conté todo lo que había pasado cuando llegaron y Zero no ha despertado desde que se quedó dormido en mis brazos.

•Flashback•

Después de que Zero se quedara dormido me quedé velando su sueño hasta entrada la noche, hasta que escuche ruidos en la planta baja. Con Zetsu comencé a caminar hacia las escaleras sin hacer ruido escuchando voces en el piso inferior, al llegar a las escaleras sentí presencias ya conocidas así que me relajé y desactivé Zetsu.

- Yagari, Kaito.- Saludé bajando las escaleras. En un mueble pegado al sofá más grande había un reloj marcando las 4:35 a.m dejándome extrañado, ya que tenía entendido que llegarían dos días después, no antes.

- Hisoka.- Saludaron ambos.

- ¿Y Zero?- Preguntó Kaito buscando a mi peli-plata con la mirada. Les hice una seña para que me siguieran y subimos al cuarto de Zero.

Al entrar Zero lloraba en sueños y me llamaba en susurros, no queriendo despertarlo me acerque rápidamente y me recosté a su lado abrazándolo contra mi pecho, enseguida se relajó soltando un suspiro y volviendo a dormir.

El aura asesina de los otros dos en la habitación me exigían una explicación, pero no era el momento, así que cuando pude separarme de Zero sin que éste me buscara entre sueños, bajamos de nuevo y les conté todo y Yagari estuvo a punto de ir a buscarlo si no fuera porque Kaito lo detuvo.

- Padre, no es el momento. No podemos dejar a Zero solo y tenemos que planear como hacerlo pagar, ese maldito chupasangre deseara la muerte por lo que le hizo a mi hermanito.- Sus ojos brillaron peligrosamente y su aura se incrementó por un segundo y volvió a la normalidad, las sonrisas sádicas que se formaron en sus rostros me dejaron más tranquilo.

•End Flashback•

Zero en todo ese día no despertó y aún sigue dormido, mientras nosotros esperamos en la sala, planeamos que hacer pero sin ninguna pista de dónde se encuentra ese maldito.

***

- ...jame, n-no déjame. ¡Ya no, por favor!- Desperté de golpe respirando entrecortado, un sudor frío recorría mi espalda y mis manos temblaban por tal recuerdo.

Sin aguantar más, las lágrimas salieron de mis ojos y me tape el rostro sollozando.

Una caricia en mi cabeza me tensó por completo y temblé con más fuerza, subí lentamente mi rostro con temor y ahí de pie a lado de mi cama estaba papá, mi papá.

- Aquí estoy, hijo.- Habló despacio extendiendo sus brazos y sin aguantar me arrojé a ellos, aferrándome a su espalda, mientras él me acariciaba el pelo con una mano y con la otra me aferraba por la cintura protectora mente.

Así duramos mucho rato y yo no podía calmar mis temblores hasta que sentí una tibia mano en mi espalda, dándome leves caricias y las lágrimas volvieron a salir.

- Kaito.- Susurré entre lágrimas y me lance a sus brazos haciendo que caigamos al suelo, me aferré esperando el golpe pero Kaito me aferró a él y el calló de sentón conmigo en sus piernas. Me acomodó de tal forma que quede como un niño pequeño aferrado a su hermano mayor por miedo a las tormentas y así con el calor de mi hermano mayor pude suspirar y dormir un poco más. No sin antes escuchar un: Aquí estoy hermanito.

Joya Amatista *Corrigiendo*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora