Celos

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Observé a Zero dormir en mi pecho, se ve tan lindo dormido, despierto, enojado o como sea, pero me encanta verlo dormir y saber que confía en mi cuando esta vulnerable, como ahora. 

En realidad no recuerdo cuándo nos quedamos dormidos, estuvimos platicando hasta entrada la madrugada. Platicamos de muchas cosas pero nada personal, he tenido algunas preguntas en mi cabeza desde que me distancié de Zero, pero no me atrevo a preguntarle.

- Mgh.- Escuche un quejido y bajé de nuevo mi mirada observando como Zero poco a poco iba abriendo sus hermosas amatistas, parpadeó un poco y sonrió al verme, correspondí su sonrisa, bajé mi rostro al suyo para darle un beso, pero me detuvo con una de sus manos poniéndola en mis labios para con la otra taparse los suyos, lo mire confundido.

- No me he lavado los dientes.- Respondió mirándome mal yo solo sonreí, sin darle tiempo de nada lo besé adentrando mi lengua en su húmeda boca, gimió sorprendido y comenzamos una lucha por ver quien ganaba, al final se rindió y pasó sus brazos por mi cuello y profundizó más el beso, mi mano derecha voló hasta su cintura alzándola hasta que nuestros miembros, cubiertos por la ropa chocaron, comencé un vaivén lento haciéndonos gemir por la sensación, comencé a aumentar la velocidad y sentí como enterraba sus uñas en mi espalda y mi excitación aumento junto con el vaivén.

- ¡Ahh! H-hisoka, más, más f-fuerte.- Gimió en mi oído y aceleré mis movimientos, bajé mis manos hasta su redondo trasero y lo apreté con ambas manos y Zero volvió a gemir, sonreí sádico y ataque su cuello mordiéndolo y dejando chupetones por todo su cuello y clavículas.

- Ahh, Zero .- Gemí ronco y Zero lanzó un gemido ahogado cuándo ambos nos corrimos, me tumbé a su lado con la respiración entrecortada y atraje a Zero del brazo para pegarlo a mi. Cuándo nos recuperamos nos levantamos y nos cambiamos de ropa.

Bajamos al primer piso, al parecer estábamos solos, fuimos a la cocina y ayudé a Zero con el desayuno, terminamos y salimos a dar una vuelta por la aldea vecina, entramos a varias tiendas y Zero se compró una que otra prenda y una gabardina negra de la cual se enamoró, me compró una igual a la suya pero en color gris, en realidad no me gustan esas cosas pero al ver el brillo en su mirada no pude negarme, así que me resigne y con una sonrisa lo acompañe a pagar, pasamos por otros departamentos de ropa hasta que llegamos al de bebés, me sorprendió que Zero se quedara viendo la ropa de bebé, tomó un mameluco para recién nacidos, muy bonito de hecho, era color azúl rey con la palabra "BABY" de colores y un tierno bebé en una canastita, los ojos de Zero brillaron al observar la prenda y otra duda me carcomió la cabeza.

- ¿Te gusta?- Pregunté aparentando calma.

- Está hermoso.- Dijo suave con una sonrisa en su rostro.

- Anda. Cómpralo.- Dije al final, su mirada no se apartaba del mameluco, mi voz salió algo rasposa y me sorprendí.

Llegamos hasta la cajera y cuando Zero había terminado, la señorita la cagó.

- ¿Pagará con efectivo o tarjeta?- Preguntó amable la señorita, Zero pagó y le dieron el mameluco pero cuando pasé yo esta habló.

- Hola guapo, ¿Tienes novia? ¿Te gustaría que pasáramos un buen rato juntos?- Sin darme tiempo de decir algo apuntó algo en un papelito, se inclinó sobre el mostrador y sin descaro lo pasó desde mi miembro hasta mi bolsillo derecho, instintivamente voltee a ver a Zero y su cara me dió algo de miedo.- Llámame si necesitas algún servicio, guapo.- oh, oh.

- Pero que zorra.- Bufó Zero y me miró con cara de asesino serial. La señorita se volteó hacia el y con cara de ofendida preguntó.

- Disculpa querido pero ¿Quien te creés para hablarme así?-

Joya Amatista *Corrigiendo*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora