Joya Amatista *Corrigiendo*

¿En Cinta?

Desperté desorientado, no sabía que pasaba.

Recuerdo haber sentido una fría mano sobre mi frente y nada. Cuando volví a abrir los ojos me topé con el rostro de Zero, al parecer mi salud empeoró y tuvimos que volver pero algo no cuadraba aquí, Zero estaba muy tenso y raro así que le pedí que me dijera que pasaba sin mentir y deseé con fuerza que lo que salió de su boca fuera una puta mentira.

- Estás en cinta.- Tres palabras y fueron el detonante para terminar de destrozar mi corazón, entendí que esto era mi karma por todo lo que hice en mi jodida corta vida. Aún y con el corazón roto, mis esperanzas de volver a ser feliz y enmendar mis errores destrozados, me esforcé para no demostrar nada de lo que sentía dentro, trague duro y miré directamente a los ojos a Zero y él lo entendió, sonreí y alargué mis garras dispuesto a enterrarlas en mí, pero no contaba con la cálida mano de alguien más.

- No permitiré que lo hagas, podrás superarlo. No digo que será fácil pero confío en que podrás salir de ésta, piensa bien las cosas antes de actuar, por favor.- Lanzó una mirada significativa a los demás presentes en la habitación y salieron dejándonos solos.- En realidad no sé nada de tí pero me llamaste la atención desde el día en que te ví, no he dejado de pensar en tí y en qué nunca tendré una oportunidad contigo y ahora cómo están las cosas lo siento imposible pero eso no quiere decir que no te apoyaré en lo que pueda y necesites. Estoy dispuesto a estar contigo como apoyo incondicional y si es posible, como un amigo para tí. Entiendo a la perfección que éste bebé es producto de una violación pero él no tiene la culpa, el no merece que se le arrebate una vida que apenas conocerá.- Me quedé boquiabierto, jamás pensé que él fuera a hablarme así, cuando lo ví ese día que desperté, quedé prendado de su hermosa mirada pero creí que sería imposible ya que estúpidamente pensé que era 100% heterosexual.

En verdad iba a matar al bebé, no estaba pensando. Yo no pedí quedar en cinta, mucho menso ser violado pero si está es la forma en que pagaré mis pecados lo aceptaré, pero esa mirada, esa imperceptible sonrisa, esa cálida mano hacen dudar de mí decisión. Hacen que quiera aceptarlo, que quiera proteger algo que no deseo, que ignore el ardor en mi pecho y que quiera refugiarme entre sus fuertes brazos.

Un recuerdo fugaz de estar entre los brazos de padre mientras aceptaba dejarme ir de nuevo llegó a mi mente y una lágrima cayó seguida de muchas más, empapando mis mejillas, sorbí mi nariz y un puchero se formó en mis labios intentando no llorar pero los brazos del castaño solo hicieron que soltará lo que sentía en esos momentos, después de unos minutos mi llanto no cesaba pero una extraña sensación me embargó y sentí la necesidad de salir corriendo, me alejé de sus brazos y aún con las lágrimas cayendo corrí hasta encontrar la salida después de perderme dos veces, cada vez que me alejaba hasta lograr ver el bosque la sensación crecía y no sabía que pasaba, corrí con velocidad Dios y solo cuando estaba en lo más profundo del bosque es que logré presenciar exactamente como una persona caía del cielo quedando a unos metros de mí.

-¿Qué mierda?- Me puse en posición de ataque pero cuando sentí mejor la presencia mi asombro fue enorme, cuando se dispersó el polvo una mano tocó mi hombro, miré quién era y me encontré con unos ojos castaños mirándome preocupados, más atrás estaban Hisoka con Zero y Yagari más unos cuantos de la Asociación mirando al hombre a unos metros de mí.

Con esfuerzo aparté mi mirada del castaño y los pose en la persona frente a mí, un hombre alto, de gran musculatura, ojos verdes parecidos a los de un gato y cabello rubio platinado y rostro serio me miraba esperando una reacción de mi parte pero yo aún no salía de mi repentino asombro. Sin importarme lo que pensaran los demás me dí un pequeño pellizco en el brazo pero no era un sueño, realmente estaba Silva Zoldyck frente a mí, mi padre estaba en esta dimensión. Una gran sonrisa se formó en mis labios y corrí hacia mi padre y lo abracé, me colgué de su cuello y sus brazos me rodearon por completo y al fin logré sentir que mi vida volvía a tener sentido aún y con un bebé producto de una violación o con un castaño que me confunde, no importa nada más que la calidez de los brazos de mi padre y la seguridad que me brinda estando entre ellos.