Joya Amatista *Corrigiendo*

Un Paso Más-Parte 1

Pasaron dos días después de la llegada del padre de Kill, las cosas se calmaron después de que ellos hablarán y arreglaran sus diferencias. Ahora me encuentro entrenando un poco con padre mientras el señor Silva nos observa, según tengo entendido, él nos entrenará a Kaito y a mí con el mismo entrenamiento que pasó Killua, Hisoka estará cuidando de Kill en lo que nosotros estamos fuera para que no quede indefenso ante algún ataque.

- ¡Mierda!- Me quejé al sentir el impacto en mi estómago.

- Concéntrate mocoso.-

Me posicioné para atacar, padre sonrió cuando notó mi movimiento y se relamió los labios, está vez íbamos enserio.

- Sorprendeme, maldito crío.- Sonreí y dejé fluir un poco de Nen, sabía que aunque haya aprendido nuevas técnicas y aumentado mi fuerza, no sería rival para padre ni mucho menos cuándo toma su seriedad habitual.

Comenzó la pelea cuándo dí el primer golpe directo a la mandíbula de padre, quien ni se inmutó, antes de poder alejarme tomó mi muñeca derecha y giró alzándome para después de un certero golpe mandarme al piso provocando que se cuarteara, como si nada me puse de pie para correr con velocidad vampírica y comenzar una serie de patadas y puñetazos en los cuáles ambos recibíamos y devolvíamos con más fuerza, tomé a padre del brazo y lo mandé contra el suelo jadeando, le iba a propinar una patada cuándo se desató un poder abrumador.

Sorprendido, observé como padre se levantaba como si nada y sin esperarlo me dió tremendo golpe en el rostro que me mandó varios metros lejos, aturdido y adolorido me puse de pie observando a padre que parecía más sorprendido que yo, se intento acercar pero sentí los brazos de alguien rodearme posesiva mente alejándome de él mientras sentía algo caliente resbalar desde mi nariz hasta mi mandíbula, llevé mi mano a la zona y noté que era sangre lo que salía de mi nariz y labio.

- ¡Joder! Zero, ¿Estás bien?, ¿Qué mierda fue eso?- Papá parecía más sorprendido que cualquiera de nosotros mientras se acercaba a mí mirándome preocupado, me solté de los brazos de Hisoka y me acerqué a padre para intentar tranquilizarlo.

- Estoy bien. ¿Qué fue eso? Mierda, eso no me lo esperaba.- Le dí una pequeña sonrisa y permití que me abrazara, al fin y al cabo padre no es de abrazar a la gente, demostrando lo preocupado que se encontraba.

- Al parecer alguien ha sellado tu verdadera escencia Yagari, lo que pasó la otra noche no era normal. Nadie había logrado hacer lo que tú hiciste y sin embargo al estar limitado hace que cada que lo detienes éste cuándo se descontrola sale con más fuerza que el anterior.- Confundido miré a padre y estaba más perdido que nosotros hasta que Hisoka habló.

- No es la primera vez que pasa, hubo otra ocasión en la que dejó fluir esa aura pero también Kaito lo hizo, inconscientemente por sus fuertes emociones, estuvo también la otra ocasión en la que íbamos a recatar a los peli-plata.- Kaito lo miro confundido y prosiguió.- Creí que había sido mi imaginación ya que, solo tomó unos segundos para después desaparecer como si nada.- ¿Quien les haría algo así sin que se den cuenta?

A lo lejos una pequeña figura me sacó de mis pensamientos. Killua caminaba con tranquilidad con sus manos en los bolsillos de su pantalón y una imperceptible sonrisa adornando su cara, al llegar se acercó a mí y me abrazo de la cintura con ambos brazos y comenzó a lloriquear.

- ¡Zero! ¡Estoy muy mal!- Alarmado lo separé un poco de mí teniendo cuidado de no lastimarlo y lo miré a los ojos.

- ¿Qué pasa Killua?, ¿Porqué lloras?, ¿Alguien te hizo daño?- Lo revisaba de pies a cabeza pero no había nada malo, aparte de que había estado como si nada hace nada.

- ¡Qui-quiero pastel de frambuesa con...- Sorbió de su nariz varias veces y continúo.- Con salsa picante!- ¿Qué mierda? Guacala.

Una gran carcajada se escuchó, al voltear notamos que era el señor Silva quien se reía de forma escandalosa seguido de una baja risa de Kaito. Están muertos.