Papá Yagari Está Furioso

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Después de eso Zero salió bañado y cambiado con un pantalón suelto y una sudadera ajustada a su hermoso cuerpo, me quedé embobado viendolo y no pude evitar pensar en lo afortunado que soy por tener a tan hermoso peli-plata a mi lado.

Me sacó de mi ensoñación Zero con un casto beso y sonreí, sonreí con algo tan simple pero que significaba mucho para mí. Lo atraje a mi cuerpo y le besé más profundo, más necesitado y solo cuando gimió le permití separarse de mí, la imagen frente a mí me prendió como nunca, pero las auras oscuras que sentía en la planta baja no me dejaban disfrutar como era debido, así que con todo el dolor del mundo separé a mi amado de mi cuerpo y con una última sonrisa me metí al baño para bajar la calentura de mi cuerpo.

Una vez cambiado lo tomé de la mano y así salimos del cuarto y bajamos hasta la planta baja, Yagari y Kaito me miraban con una sonrisa letal y una mirada que prometía mucho, pero mucho dolor.

- Hisoka.- La voz de Yagari era un susurro mortal y aunque no lo demostré un escalofrío me recorrió la columna tan solo escucharlo.- Se puede saber, ¿Qué mierdas fue eso que escuche hace unos momentos?- Oh si, papá Yagari está furioso. Sonreí cínico y me relamí los labios en clara señal de lo que pasó en el cuarto de mi peli-plata.

- ¡H-Hisoka!- Chilló Zero dándome un golpe en el estómago, me doblé un poco ya que sí me había dolido y solo sonreí, tome su mano y junte nuestros dedos.

Miré a Yagari y Kaito dándoles una clara mirada de: Es mío y nadie me alejara de él.

- Zero, ¿puedes traernos algo de desayunar?- Mi niño entendió enseguida y solo asintió llendo hasta la cocina y proseguí.

- Zero es mío y no me importa lo que ustedes digan o hagan, volví a ganarme la confianza de Zero y no pienso permitir que ustedes me la quiten, si el me permitió tomar su cuerpo ustedes no podrán hacer nada, si llegamos más lejos tampoco podrán hacer algo, esto es entre Zero y yo. Si él me permite llegar a más así lo haré, pero si me pide detenerme no dudaré en hacerlo, nunca haría algo que lastimara a Zero, creí que ya lo tenían claro.- Con eso me puse de pie y fui a ayudar a Zero.

- Tonto, eso fue vergonzoso.- Alegó Zero sonrojado hasta las orejas, sonreí con ternura y lo abracé por la espalda suavemente y suspiré.

- Tranquilo, de cualquier manera ya lo sabían, digo tampoco es que seas tan silencioso, bebé.- Ronroneo en su oído.

- Aún así...-

- Muchas gracias por lo que dijiste momentos antes.- Lo mire sin comprender y me dió un golpecito con su dedo en mi frente.- Eso que dijiste cuando me vine a la cocina, que nunca me lastimarias y eso.- Murmuró retorciendo sus dedos sin darme la cara.

- Solo dije la verdad, bebé.- Aclaré levantando su mentón con mi dedo índice, acaricié su labio inferior y me sorprendió el abrazo que me dió, ocultó su carita en mi pecho y abrazo mi cintura suave, respondí su abrazo apretándolo fuerte contra mí.

- No quiero a nadie más que a tí en mi vida.- Habló contra mi pecho y algo que nunca había sentido en mi pecho lo embargó, suspiré lentamente y lo saqué de su escondite para mirar sus hermosas amatistas.

- Tampoco quiero a alguien más en mi vida que a tí, eres lo más valioso para mí, no quise sonar tan posesivo antes pero realmente el haber recuperado tu confianza me hace ser así, no quiero que algo te pase, no sabes el terror que pase ese maldito día y ni hablar de los días siguientes.- Fui sincero y orgulloso note como el carmín coloreaba sus mejillas nuevamente.

Terminó el desayuno y regresamos con los otros dos para desayunar todos, todo el rato fue silencioso pero las miradas de Yagari me destrozaban vivo, lo ignore y continúe desayunando.
Al terminar ayude a Zero a lavar los platos y a secar, entre risas y una que otra broma por parte mía terminamos y nos fuimos a su cuarto, íbamos a mitad de las escalera cuando Yagari me habló.

- Cuando termine voy.- Asintió y se marchó, cuando lo ví entrar a su cuarto bajé las escaleras y me senté en el sillón individual.

- No lo lastimes, sé que me has demostrado que no lo lastimaras pero aún así, me preocupo por él, ya sufrió lo suficiente para que alguien más lo haga de nuevo. Kaito está más que feliz por qué su hermano vuelve a sonreír y aunque me moleste que hagas cosas impuras con mi inocente hijo, no puedo meterme, no si mi hijo es feliz y vuelve a sonreír después de tanto tiempo.- Tomó un respiro y volvió a hablar.- Solo eviten hacer ese tipo de cosas en mi presencia, no es para nada agradable escuchar a mi hijo menor gemir por las manos de otro hombre en mi presencia, así que, hay te encargo, estúpido cara de payaso pervertido.- Y con eso se marchó a sabrá Dios dónde. Regresé con Zero a la habitación y sabía que Zero ya había escuchado todo así que solo le sonreí.

- Eso si fue vergonzoso, ¡por Dios!- Solté una carcajada y me acosté a su lado atrayendolo a mi pecho.

- Tranquilo, aún no te ha escuchado gemir cómo a mi me gustaría.- Me miró con sus grandes ojos amatistas y sonreí al ver su confusión.- Ya sabes, mientras poco a poco excito tu cuerpo y te hago perderte en el placer con mis manos y boca, acariciar tu cuerpo sin dejar ninguna parte de tu tentador cuerpo sin acariciar mientras te penetro suavemente y tú me pides mas mientras gimes a mi oído aferrandote a mi espalda a punto de llegar al clímax y...- Con sus manos me tapó la boca mientras su rostro estaba completamente rojo y respiraba ligeramente agitado.

- ¡C-callate!- sonreí y con cuidado quite sus manos de mis labios y besé cada una.

- Te amo.- Se sorprendió un poco pero luego sonrió.

- También te amo.- Y me besó.




Hola, perdón por la tardanza pero, no he andado muy bien que digamos.

Pero bueno, dejando eso de lado, que les pareció el cap? Es algo corto pero no quería dejar pasar más tiempo sin actualizar.... Me pareció un poco, mucho meloso pero espero y les guste.

Espero voten y comenten.

Los quiero.

Bye.

-N.R

Joya Amatista *Corrigiendo*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora