Rescatando A Los Peli-plata

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- ¡¡¡HIJOS DE PUTA!!!- Se escuchó el grito de Kaito con tanto odio, seguido de dos disparos, preocupándome.

Después de escuchar semejante grito y los disparos miré confundido a las escaleras que daban al sótano por breves segundos.

- Ya encontraron a los juguetes de los chicos.- Habló un rubio de ojos azules viéndome con burla, bajó su mano y tocó su miembro por encima de su pantalón, el alma se me cayó a los pies cuando entendí lo que quiso decir. La burla desapareció cuando mi En estalló y comencé a atacar a todos.

El primero en abalanzarse a atacar fue el rubio, sin remordimiento con dos Jokers le arranqué la cabeza convirtiéndolo en cenizas. Un pelirrojo se me abalanzó lanzando fuego que esquivé y con mis manos le arranqué el corazón. Uno a uno los asesiné sin mucho esfuerzo y cuando terminé me dirigí al último piso encontrándome con Gon y los hermanos Kuran, los tres se giraron viéndome sorprendidos, Gon con una sonrisa se acercó unos pasos intentando abrazarme pero de un manotazo lo aparté y lo tome del cuello enterrandole mis uñas, hilillos de sangre bajaban por su cuello, pataleó y rasguñó mi mano pero la ira me tenía cegado, un golpe en mi costado me movió solo unos centímetros a un lado, miré al que me había golpeado y era la estúpida vampira.

- Zorra mala.- Susurré sádico mientras me relamía los labios.

Pov Kaito.

La escena frente a nuestros ojos era algo que no podríamos olvidar nunca. Dos jodidos vampiros estaban violando con brutalidad a Zero y a un niño peli-blanco, ambos tenían sangre en todo su cuerpo pero estaban inconscientes, ya sea por la perdida de sangre o que ellos los golpearon hasta dejarlos en ese estado, ambos bebían de ellos mientras los violaban. Sin pensarlo sacamos nuestras escopetas y les disparamos, entramos rápidamente quitándonos las gabardinas para ponerselas a los chicos. Sentimos el aura de Hisoka en el último piso junto a tres presencias más, así que asumimos que estaba peleando, cargamos a los chicos y subimos a la primera planta, salimos hasta el bosque y corrimos con todo lo que nos permitían nuestras piernas para llegar lo más pronto posible a la academia, Hisoka podría volver cuando acabará.

Al llegar a la academia fuimos directamente al baño y nos metimos con ellos limpiandolos con cuidado y solo por encima, Hisoka cuándo llegue puede lavar bien a Zero y pues el niño, hablaré con él. Al terminar salimos y los recostamos en la cama de Zero, les pusimos un pijama a cada uno y salimos.

- ¿Qué haremos?- Pregunté conteniendo las lágrimas. No podía creer la mala suerte de mi hermano y ese niño.

- No lo sé.- Habló papá distante.- Por el momento hay que dejarlos descansar, ese niño, ¿Quién es?- Susurró y se sentó sobándose el rostro. Pasó un rato y Hisoka regresó manchado de sangre y con algunas heridas. Buscó con la mirada a Zero, al no encontrarlo frunció el entrecejo, lentamente caminé hacia el y lo miré con cautela.

- Hisoka.- Sus ojos volaron a los míos y su mirada preguntaba.

- Zero está arriba, iré a verlo.- Sin despegar sus ojos de los míos intento subir las escaleras, no tuve de otra que ponerme en su camino para frenarlo.

- Quítate.- Siseó bajo y amenazante.

- Tenemos que hablar, es sumamente importante y delicado.- Sin darle tiempo lo empujé hasta el asiento frente a papá y yo me senté con papá.

- Los escucho.-

Volteo a ver a papá y por su expresión supe que no hablaría. Suspiré y lo solté de golpe, digo, no quiero que me mate antes de que al fin le diga lo que realmente pasó.

- Violaron de nuevo a Zero y a un niño peli-blanco.- Papá se tensó y el rostro de Hisoka no mostraba expresión, era neutro.

- ¿Cómo?- Su voz sonaba ahogada pero su expresión seguía siendo neutral, se levantó y me apresuré a explicar.

Joya Amatista *Corrigiendo*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora