En el camino al imperio, Rintaro y los demás tendrán que enfrentarse a los nuevos retos que les aguardan en el imperio mientras que Hans aprende las nociones básicas de cómo ser un invocador.
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Diale despierta atado de manos con grilletes pesados. Su rostro estaba curtido por la celda. Sentía su cuerpo entumecido al mismo tiempo que intentaba lanzar uno de sus poderes fallando en el intento. Al lado de su celda estaba Jarf y Kazu recostados el uno encima del otro. Un plato con comida que las ratas aprovechaban en tomar junto con un odre de agua sucia. Él se acercó a los barrotes, no había ni un soldado. Al frete de él había un cadáver que desprendía un olor extraño, no era de putrefacción, era algo que provenía de sus piernas. El joven toma una roca y la arroja por un orificio en la pared para despertar a sus amigos. Ambos despertaron.
-Mierda...¿en serio una prisión? -Dice Kazu- es demasiado cliché.
-A ver, a ver, a ver. Tenemos un gran problema chicos. -Diale choca los grilletes contra el suelo- ¡No puedo usar ninguna de mis habilidades!
-¡Cómo mierda pudimos quedar en esta situación! No lo aceptó -golpea la celda- ¡Hey, se están regalando unos buenos golpes! ¡Vengan a reclamar los suyos!
-¿Puedes callarte un rato Diale? No van a venir -pregunta Jarf con la mano en la cara.
Kazu se sentó en posición india a meditar. Un sentimiento, algo le llamaba dentro de su mente. Las palabras de sus guardianas aún se escuchaban pese a estar en una celda que bloquea las habilidades. Un soldado baja con un arma en la mano y va a la celda de Diale, éste baja sus manos.
-Hey chico, baja la voz. Ya son casi las 3 de la mañana. Si no bajas la voz te la cerraré.
-Sí, si. Eso mismo le diría a ella...¡Oye, tengo algo que contarte! - El soldado se acercó.
En un movimiento le tomó del cinturón y con gran fuerza lo estrelló contra los barrotes, quedó inconsciente. Buscaba las llaves.
-¿Cómo supiste que iba a funcionar?-pregunta Jarf.
-¡Elemental querido Watson! Él dijo que eran las 3 AM, se notaba que se acababa de despertar.
Kazu deja de meditar.
-¡Listo, usé todo mi poder para crear una guardiana disfrazada de soldado para que buscara las...! ¿Qué es éso Diale?
La cara del chico era de infarto.
-Eh, Eh ¡¿Qué?! ¡P-pero avisa maldita sea!
-¡Tú no avisaste que ibas a hacer eso Diale! ¡No me jodas!
Jarf se arrimó a la esquina de la celda para seguir durmiendo. Tenía dolor de cabeza.
Al cabo de unas horas, cuando el sol empezaba a salir, el cuerpo de la guardiana ya se había desintegrado. Diale veía por la ventana, la gran ciudad. El imperio de plata. Tan cerca y tan lejos de su objetivo. Los recuerdos volvían a ellos. El cómo cayeron con tanta facilidad, dieron pelea pero no fue suficiente. Unos guardas bajan por las escaleras en busca de Kazu, sabían que era un invocador. Al sacarlo de la celda Jarf se abalanza contra uno de ellos pero no resultó y lo arrojan. Al irse él saca las llaves que logró robar del soldado,se quitó los grilletes y se las pasó a Diale.