Preludio

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POV....NAGISA

Ya han pasado dos días desde que comenzaron las vacaciones de verano y las cosas tanto en el asesinato como en todo lo demás marchan de maravilla. Ahora estamos a una semana para nuestras vacaciones de asesinato en la isla del sur y nos hemos reunido para entrenar y organizar nuestros planes. Cabe mencionar que nuestro instructor de asesinato es el señor Lobro (antiguo maestro de la profesora Irina)

 El señor Lobro es un asesino de lo más sorprendente, puesto que, con el simple hecho de ver nuestra postura a la hora de disparar o  de escuchar nuestra respiración, es capaz de corregírnos  y  de darnos consejos para mejorar. Sin embargo, al estar frente a asesinos que al principio  se veían imparables con sus especialidades, pero a la hora de la verdad todos fallaron en la misión de acabar a Koro-sensei.

-Disculpe, señor Lobro ¿Como cree que debería ser el mejor asesino del mundo? - al escucharme poso su mirada sobre mi y de manera veloz me examino de arriba a abajo, como si me estuviera analizando de alguna manera.

- Así que te interesa el mundo de los asesinos eh... - me incomodo ante tal afirmación.

- No señor, no se trata de eso - 

- Agh... en el mundo solo existe una persona que puede calificarse como e mejor asesino. Como es normal en esta linea de trabajo, nadie conoce su verdadero nombre, únicamente se le conoce por un sobrenombre y ese sobre nombre es... "El dios de la muerte". Escurridizo, increíblemente despiadado y con montañas de cadáveres en su haber. Su sobre nombre es el de la misma muerte; Y cuando alguien tiene problemas para asesinar a su objetivo, tarde o temprano el dios de la muerte termina apareciendo - yo solo escuchaba sorprendido, de que alguien así existiera en este mundo. Fue entonces cuando me di cuenta que no podíamos dejar pasar la oportunidad de asesinar a nuestro profesor en la isla.

- ¡Muy bien joven! te voy a enseñar una técnica infalible -

- Ehh...infalible? -

- Exactamente y la vas a aprender directamente de un profesional...-

Todo lo que reto del día estuve pensativo acerca de todo esto del asesinato y que si no se realizaba correctamente, podría costar nos la destrucción de la tierra. Sin salir de mis pensamientos continué con mi camino, sin darme cuenta de que alguien me seguía.

- Ahg...hoy ha sido un día muy pesado - en eso siento como alguien me toma del hombro y me jala.

- Hey...Nagisa - aquello me sorprendió, por lo instintivamente tome la mana que estaba sobre mi hombro y la doble - ¡Ay! ¡soy yo, Nagisa, soy Sugino! - en cuanto escuche de quien se trataba rápidamente lo solté, viendo como se sobaba la mana intentando calmar el dolor.

- S...Sugino, lo siento mucho. Estaba tan inmerso en mis pensamientos que, me sorprendio mucho tu llegada....Lo siento mucho - pedía disculpas mientras hacía una reverencia, en señal de estar muy apenado con lo ocurrido.

- *suspiro* Que va, no te preocupes. Debería saber que algo así podía pasar - yo solo miraba preocupado como se reía mientras seguía masajeando su muñeca - pero cambiando de tema, me gustaría que me acompañaras a un lugar ¿sí? no tomara mucho tiempo - 

No tuve tiempo de ni de contestar, puesto que en cuanto termino de hablar me tomo del bazo y salio corriendo conmigo siendo arrastrado; no pasaron más que unos  cinco minutos que pasamos corriendo por las calles, hasta que por fin llegamos al lugar; se trataba de un pequeño café muy lindo a pesar de ser un poco viejo.

- Que bonito lugar, Sugino. - 

- Lo sé, encontré este lugar hace algunas días y me pareció el lugar perfecto para invitar a salir a Kanzaki - se veía muy feliz cunado hablaba de Kanzaki, incluso podría decir que era más feliz estando a su lado que jugando béisbol - Pero volvamos al tema principal, Nagisa tú...tú... - se notaba que estaba avergonzado y nervioso - Tu... ¿tienes una relación con el profesor Karasuma? - 

A mi Querido alumnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora