PRESTO

1.1K 76 15
                                    

P.O.V. NAGISA

Ya solo estábamos a una planta de llegar hasta donde yacía nuestro principal atacante, sin embargo, para nuestra mala fortuna, aun había uno de los asesino profesionales y el tiempo se agotaba. Y de un momento a otro se escucho la detonación de la pistola que cargaba consigo el hombre sobre el escenario.

- ¡Debo de advertirles que esta sala de conciertos está totalmente insonorizada! Los matare a todos, sin que nadie acuda en su ayuda. Saben que no están preparados para matar alguien , así que salgan sin poner resistencia e inclínense ante el jefe. - 

No sabíamos que hacer, aquello nos había dejado de cierta forma sin ideas; entonces otro disparo se escucho y por el sonido, supuse que la persona quien había disparado era Hayami.

- ¡Por fin! ¡Un trabajo que me dejara un buen sabor de boca! - Exclamo el hombre con un tono de voz satisfactorio, para enseguida ver como todo el escenario se iluminaba de forma segadora y escuchar la estridente risa de aquel francotirador - ¡Hoy mi pistola está suculenta y eso me hace sentir bien! - dijo alegremente, para después disparar nuevamente.

Este oponente era formidable, podía disparar a través de lugares tan pequeños sin fallar y no soló eso, también era capaz de recordar la posición de su enemigo después de que este disparara. Nos tenía contra la espada y la pared, no podíamos hacer nada, sin que el hombre en el escenario nos descubriera antes.

El miedo nos abrumaba una vez más y nos consumía, con el tiempo en nuestra contra y él sujeto frente a nosotros, fallar era lo más probable; y como si nuestra aura de temor fuera perceptible, Koro-sensei comenzó a hablar, alentándonos como él solo sabe hacerlo y entonces  las ordenes comenzaron, reeorganizandonos a todos. Todos corríamos de un lado a otro, sin darle oportunidad de acertar algún disparo y por lo visito aquello le estaba frustrando.

- ¡ALUMNO NÚMERO DOCE! ¡LEVÁNTATE Y DISPARA! - ordeno nuestro profesor, haciendo que un cuerpo se pusiera de pie y recibiera un disparo justo en la cabeza; y enseguida de eso, un segundo disparo se hizo presente y con este la caída de la estructura de la iluminación, golpeando brutalmente a él asesino.

-¡Agh!¡maldito mocoso! - apunto a Chiba, dispuesto a matarlo de un solo disparo, sin embargo, fue detenido por Hayami, quien disparo directo al arma del asesino, haciendo que esta saliera volando lejos de él.

El asesino callo al suelo, totalmente fuera de si mismo por aquel golpe que había recibido. Los demás no se inmutaron y rápidamente subieron al escenario e inmovilizaron al hombre, después de todo aun en ese estado seguía siendo peligroso. Sentía como el aire regresaba a mis pulmones y la esperanza por salvar a los demás se avivaba de nuevo; sentía tanta alegría de saber que podríamos salvarlos a todos que sin pensarlo, voltee la mirada hacía donde estaba el profesor Karasuma y le sonreí. Pero no era una sonrisa normal, como las que normalmente les doy a los más, no lo era; esta era una sonrisa que solo el y yo sabíamos el significado, un significado que, si bien aun estaba un poco disperso, era sincero y mutuo.

 Salimos de aquella sala de conciertos y seguimos por un pasillo más, que era el que llevaba directo a las escaleras del ultimo piso del edificio, donde yacía nuestro principal objetivo. También había que resaltar el hecho de que el profesor Karasuma ya se encontraba mucho mejo, tanto así, que ya era capaz de moverse sin la necesidad de tener a alguien como apoyo, además de que también podía sofocar a cualquier guardia que se nos cruzara teniendo solo el cincuenta por ciento de sus fuerzas.

- Mmm...Chicos, acabo de darme cuenta de algo concerniente de nuestro atacante. Y eso es que no sabe utilizar a los asesinos que tiene bajo su mando, las guardias no son trabajos que deban hacer personas como ellos. Sí hubiera usado su potencial al máximo, hubieran sido unos oponentes formidables. - dijo en tono analítico Koro-sensei.

A mi Querido alumnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora