Michael
—Mike, estamos en casa —grita Jack tan pronto como se abre la puerta de entrada.
Salgo de mi asiento en el sofá,abandonando mi libro de John Green, y reboto hacia el sonido de su voz.Luke pasa volando a mi lado, con una bolsa gigante levantada sobre su hombro, y casi me golpea en el proceso. Jack se ríe mientras agarra mi codo para evitar que me caiga.
—Has vuelto —digo, tratando de ignorar la forma en que mi brazo hormiguea donde él tiene su agarre sobre mí.
—Justo a tiempo también —me dice con una amplia sonrisa mientras deja caer un saco sobre el suelo cerca de la puerta—. Están de
camino para entregar tu auto.Me había olvidado de mi auto hasta ahora.
Él agarra mi mano y me saca con él. El sol brilla en el cielo, pero es otro día frío. Ojalá hubiera tomado algo más caliente antes de salir. Como si sintiera que tengo frío,Jack me envuelve en un abrazo desde atrás. Me derrito contra su robusto pecho. El calor surgiendo a través de mí tiene menos que ver con la temperatura y más con las hormonas. A pesar de que el abrazo es de
naturaleza platónica, no puedo evitar desear que sus palmas vaguen por
encima de mí.—¿Qué había en la bolsa de Luke? —pregunto, girando levemente para poder mirarlo.
Él me sonríe.
—No estoy seguro.
Nos miramos el uno al otro por un momento. Su cabello está perfectamente engominado en un estilo imperfecto. Sus ojos azules brillan de felicidad. Sin embargo, algo parece apagado. Oscuros círculos que son prominentes en la luz del día rodean sus ojos.
—¿No estás durmiendo bien?
Su sonrisa se desvanece y sus cejas se fruncen mientras me suelta.
—Mira —murmura mientras señala el camino. Una camioneta con varios autos cargados aparece a lo largo del camino de entrada. Tomo nota en este momento para preguntarle sobre eso más tarde. Hasta
entonces, voy a chillar como el adolescente que soy al ver mi auto.—¡Oh Dios mío!
Jack se ríe mientras se encuentra con el conductor. Intercambian palabras y él firma algunos documentos mientras me pregunto cómo van a bajar mi Mercedes azul noche AMG GT Coupe del camión.
Quiero preguntarle cuánto costó, pero me da miedo saber la respuesta. Eso iluminará lo que sea que esté haciendo aquí, y seguramente, se dará cuenta de que no estoy ni siquiera cerca del valor de este auto. Si lo que quiere es que pase el tiempo con él y su hermano, probablemente merezco un pedazo de basura como la minivan de Guy.
—Te devolveré el dinero —le digo a Jack—. Conseguiré un trabajo de ¿mozo? o algo así.
El conductor resopla ante mis palabras mientras comienza a presionar botones en la parte posterior.
—Chico, vas a tener que hacer mucho más que ser mozo si alguna vez piensas pagarle a tu papá este cachorro. ¿Cuánto te salió,
amigo, uno quince?—Uno-doce —dice Jack con dientes apretados—.Él no es mi hijo y no me devolverá el dinero.
El hombre se ríe, profundo y gutural, por años de fumar.
—Oh, ahora lo entiendo. —Nos guiña a los dos—. Si tuviera el dinero, apuesta tu culo, que sería el viejo forrado de alguna cosita bonita. Sin juicio aquí. Celoso como el infierno pero sin juicio.
Mi piel se calienta y miro boquiabierto a Jack con horror. Sus labios están presionados juntos y no parece feliz en absoluto. Cuando el hombre descarga el auto, agarro la mano de Jack y tiro de él para llamar su atención.
—¿Uno-doce? ¿Qué significa eso? Eso no significa lo que creo quesignifica, ¿verdad?
Él me mira con una expresión suave.
—Te lo dije, Mike, lo que sea que quieras.
Mis ojos recorren todo su rostro, buscando pistas de que está mintiendo. Demonios, solo estoy tratando de descubrir su ángulo en este punto. Pero él me mira con anhelo. Tristeza. Desesperación. No lo entiendo a él ni a nosotros ni a esto. Es todo tan extraño.
Y sin embargo…
No estoy pidiendo volver con Guy.
No estoy llamando a mi trabajadora social.
Estoy aceptando las llaves del conductor del camión.
Estoy saludando mientras se marcha.
Estoy mirando mi auto que cuesta más que las casas de la mayoría de las personas.
—Jack—pronuncio, mi voz es temblorosa—. No sé…
—Solo déjate llevar —pide a medida que pasa junto al auto.
Jack es tan asombrosamente hermoso que todo lo que puedo hacer es mirar fijamente. Sus pantalones gris oscuros abrazan su culo firme a la perfección. Me hacen querer rebotar el centavo en mi bolsillo en su
trasero. Este hombre parece apropiado acercándose a un coche caro, como si le perteneciera.¿Yo, sin embargo?
Probablemente parezca que estoy buscando una forma de robarlo.
—¿Sabes cómo manejar una palanca? —grita por encima de su hombro.
—No. —Cruzo los brazos sobre mi pecho y me estremezco.
—Voy a enseñarte. —Me lanza una sonrisa ardiente—. Súbete,Michael
(...)
—Estás mejorando. No lo apuraste cuando nos detuvimos.
Estoy más seguro. Durante las últimas tres horas, hemos conducido a todas partes. Al principio, era terrible y pensé que el motor iba a explotar un par de veces. Esperaba que Jack me gritara. Todo lo que hizo fue reír y explicarme la forma correcta de hacerlo.Fue paciente mientras me enseñaba.Como un padre lo sería con su hijo.
Ese pensamiento me confunde. En algunos momentos me siento atraído por él y me pregunto si quiere sexo. Otras veces, estoy agradecido por su amistad y afecto. El problema es... no sé cómo leer a Jack. Es un
enigma. Tiene que estar escondiendo algo.La gente no es tan amable todo el tiempo.
—Ahí tienes, Mike —dice mientras acaricia mi mano que descansa sobre la palanca de cambios—. Te sale natural.
El sol se está poniendo cuando salimos del auto y caminamos hacia la casa. El viento aúlla y puedo oler la promesa de nieve en el aire. Por primera vez, no me asusta. No habrá largos paseos por la nieve fría hasta
la parada del autobús. No habrá complicados calentadores en hogares de
crianza. No habrá preocupación por el hecho de que mis guantes tienen un agujero en ellos.Estaré a salvo.
Estaré caliente.
Estaré en casa.
Una sonrisa se apodera de mis labios hasta que veo la expresión de Jack. Él hace una mueca y cierra los ojos.
—¿Estás bien? —pregunto, alcanzando su codo.
Él asiente.
—Dolor de cabeza. Me voy a acostar. Te veré en la cena.
A medida que se apresura en la casa, indicios de inquietud se apoderan de mí. La casa está increíblemente cálida, que hace que mi sonrisa lentamente tire de mis labios de nuevo. Estoy comenzando a aprender las partes principales de la casa y fácilmente regreso a mihabitación. Lo primero que hago es agacharme frente al fuego ardiente.
Colocado en la chimenea hay un centavo brillante.Lo recojo y disfruto el hecho de que está caliente al tacto.
—Gracias, Luke.
No estoy seguro si está cerca, pero de todos modos le digo las palabras.
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WEIRD
Fanfiction[SIN EDITAR] [RE-SUBIDA] [TERMINADA] "Querer ser libre. Querer ser yo. Tratar de hacer que la gente vea. Y acepte el verdadero yo". ~ Scott Lentine ~ Soy un bicho raro, un inadaptado, un final extraño. Abandonado y sin amor. Pero mi felicidad está...