•Capítulo 41•

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Los labios de la doctora Cohen están apretados tan fuertes que
puedo contar sus arrugas. Ocho sobre el labio superior y cuatro en el inferior.

—Se está comunicando más —le digo, con evidente orgullo en mi voz—. Hemos descargado una aplicación que lo ayuda a hablar conmigo.

—¿Una aplicación? —corta.

Luke  se balancea en la silla a mi lado. Me preocupa porque en el último mes desde que Jack falleció, no hemos tenido episodios como este. Él me sigue alrededor en la tienda de comestibles, lanzando artículos en el carrito. Vamos al banco así puede retirar sus centavos, algo que encuentro increíblemente dulce ya que me los regala todos a mí, uno por
uno, después de haberlos pulidos para que parezcan nuevos. Lo he llevado al centro comercial, a algunos restaurantes, y a la tienda de alimentos para los animales. Cualquier concepto erróneo que tenía sobre Luke fue aplastado. Él funciona como cualquier otra persona, simplemente no habla mucho ni expresa sus pensamientos u opiniones.

—Una aplicación —digo firmemente—. Luke, ¿estás bien? —Dirijo mi atención hacia él, esperando que use su teléfono para responder. En cambio, él sigue balanceándose. Sus puños están tan apretados, que los nudillos están blancos. Me pone nervioso. Tan nervioso que recojo el bolígrafo a mi lado y comienzo a hacer clic.

Clicclicclicclicclic.

—Michael, esto no es un juego —me dice la doctora Cohen, mirando hacia el bolígrafo mi mano. Está molesta conmigo, claramente. Dios, la odio.

Clicclicclicclicclic.

—Tiene razón —respondo, incapaz de controlar mis emociones, todo lo contrario de Luke—. Esto no es un juego. Esta es mi vida,Doctora Cohen.

Clicclicclicclicclic.

Sus ojos se ensanchan sorprendidos.

—Solo pienso que esto. —Agita su mano entre nosotros como si la molestara—. Sea lo que sea, no es saludable. Es tóxico. Por lo que me has dicho, ¿Jack, el hermano de Luke, se acercó a ti para que fueras a vivir con ellos porque pensó que podías entender a Luke como nadie más podría hacerlo? —Su voz gotea desdén—. Lo siento, pero no sabes nada sobre psicología.

Clicclicclicclicclic.

Dejo de hacer clic y me levanto abruptamente. La acción rápida
alarma a Luke porque él también se levanta.

—¡Mikey-Mikey! —gruñe, hay tensión en su voz.

Señalo con el bolígrafo el rostro de la doctora Cohen.

—Usted es tóxica. Puede que no sepa nada de psicología, pero usted no sabe nada sobre mi Luke. Él es amoroso, dulce e inteligente. Él es digno y estamos bien juntos. Muy bien. Lo siento, doctora Cohen, pero esto no está funcionando entre nosotros. No nos verá a ninguno de los dos nuevamente porque lo dejamos.

Ella me mira boquiabierta.

—No puedes simplemente renunciar. No funciona así. Esto no es un juego…

—¡NO! —ruge Luke, haciéndome gritar de sorpresa. Él agarra mi
muñeca y me arrastra pasándola.

La doctora Cohen nos llama, pero Luke ha terminado. Mi corazón se hincha por el hecho de que esté protegiéndome a su manera. Ella nos sigue por la puerta y al pasillo. Miro por encima de mi hombro y le muestro el dedo medio, deleitándome con la mirada de disgusto en su rostro.

Buen viaje, doctora Curandera.



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Ahre k pe2

Jajajjaja

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Lxs amooo

Bye♥️

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