13: "Can't stand the silence"

235 15 0
                                    

(Capítulo largo)

Narra Camila

Dias restantes: 4

La mente de Lauren era un completo enigma para mí. Luego de la granja, ella desapareció por dos días al igual que Aron, cosa que me dejó en claro qué estaba pasando, y luego volvió a aparecer para seguir como antes: sin hablarme.

Yo lloraba todas las noches y me levantaba con los ojos hinchados, mi madre comenzó a preocuparse, pero yo le decía que me dejara en paz, que tal vez era alergia al polen o me iba al lago con los demás.

Transcribí mucha música, fui al centro para distraerme y fui a ver a Rossie, pero ella aún no había llegado de su viaje. Alexa y Jen pasaban mucho tiempo conmigo, hablando de la vida, bebiendo vino y haciendo picnics en el jardín de mi casa, los cuales terminaban en una larga sesión de piano.

Cualquier distracción me servía, cada cosa que no me permitiera pensar, porque apenas lo hacía, rompía en llanto. Todo era horrible, odiaba sentirme tan angustiada por Lauren, llorar tanto y no poder encontrar una solución. Me estaba ahogando en un vaso de agua, lo sabía, pero no podía ver más allá de todo esto y no podía pedirle ayuda a mis padres.

Dudé mil veces antes de tocar la puerta, estuve a tiempo de irme durante los cinco minutos que pensé en si eso era una buena idea o no. Pero ya era tiempo de afrontar y/o doblegar la situación, si Lauren no quería hablar, entonces tendría que hablar. Así que toqué la puerta de la casa de los Jauregui y Clara atendió.

—¡Camila! Que lindo verte por aquí, hace tanto que no vienes—.
Clara me saludó con un abrazo y yo se lo correspondí.
—Lauren está en su habitación escuchando música, pasa—.
Dijo apuntando al pasillo que daba a la habitación.

—Gracias—.
Agradecí en voz baja y caminé a paso lento hasta la habitación de Lauren. Mi corazón comenzó a acelerarse y respiré profundo antes de entrar a la habitación.

Lauren estaba sentada en su cama, con los audífonos del walkman puestos y un libro entre sus manos. Ella dio un brinco del susto al notar mi presencia, se sacó los audífonos rápidamente y dejó una mano en su pecho.

—Cielos, Camila... No me asustes así—.

—Lo siento, no era mi intención—.

—¿Qué haces aquí?—.
Ella me miró a los ojos, su gesto era serio.

—Tú mamá me dejó pasar—.
Respondí acercándome a los pies de la cama y apoyándome sobre este.

—¿Mhm?—.
Indagó para que yo justificara mi presencia allí. Yo remojé mis labios y suspiré.

—Quiero hablar, sé que no quieres verme ni en pintura, pero realmente necesito hablar contigo y pedirte disculpas—.
Estaba luchando con todas mis fuerzas para no llorar. Miré hacia la ventana de la habitación que estaba abierta de par en par, la que daba al balconcito, y respiré lentamente ya que sentía mis mano hormiguear y mis ojos arder un poco.

—Camila, no estoy de humor para esto—.
Retrucó, pero yo no me iría de allí sin hablar. Los vestigios de mi dignidad me decían que no podía irme de allí, y sobre todo del pueblo, sin haber aclarado las cosas.

—Me voy en cuatro días—.
La miré a los ojos y vi como ella le miró con sorpresa. Lauren no sabía la fecha de mi partida, o tal vez no se hacía idea de lo cerca que estaba, y me di cuenta de eso por su cara; ella abrió más los ojos y sus labios se entreabrieron. Ella jugó con sus dedos y señaló la cama.

My Summer Love Donde viven las historias. Descúbrelo ahora