El Centro de Investigaciones del Departamento de Seguridad y Justicia tuvo que posponer sus recientes operaciones. Un nuevo caso capturó la atención del país y debía ser tratado con suma urgencia.
Los más prestigiosos detectives fueron convocados a una asamblea improvisada. No les fueron revelados los detalles hasta el momento del encuentro, pero todos sospecharon cuál era el tema en cuestión. La noticia había estado circulando en los medios de comunicación y en las redes sociales. Los protagonistas del suceso generaron tal controversia que la sociedad se agrietó entre los que apoyaban y creían sus argumentos, y los que los refutaban y los catalogaban de desquiciados. Fuera cual fuera la verdad detrás, daría de qué hablar hasta que no se esclareciera.
─Buenos días, detectives. Agradezco su presencia pese a la falta de anticipación ─saludó el sargento Sfeir a su equipo y encendió un proyector para dar inicio a la reunión sin más rodeos.
La diapositiva revelada mostró un recopilatorio de fotografías de los personajes implicados.
─Doctora Karen Moritz ─apuntó a la primera─. Trabaja hace veinte años en el Centro de Investigación de Salud Mental. Afirma haber presenciado la evaporación de un supuesto paciente: Dyn Atelís. Cuando se le preguntó qué enfermedad padecía el mismo, admitió que lo desconocía. Sospechoso. Pero... ─Pasó a las dos siguientes fotografías─. Hoy se presentaron Samuel y Daiana Atelís en la comisaría de su barrio para denunciar la desaparición de su hijo, también llamado Dyn. El matrimonio confirmó la relación entre el paciente y la doctora. Es necesario destacar, sin embargo, que la pareja padeció anteriormente la pérdida de su hija Rina Atelís y, desde entonces, sufren constantes alteraciones anímicas controladas por medicamentos que son recetados por la misma Moritz.
Las siguientes fotografías presentaron al matrimonio Henn, cuya situación se asemejaba a la de los Atelís. El agente Sfeir mantuvo latente el hecho de que la señora Henn era estéril, lo que llevó a desacreditar su declaración y clasificarla de inverosímil.
Por último, presentó la fotografía de una joven.
─He aquí el dilema. Felicia Dumont ─la presentó─. Declaró la desaparición de su hermano mayor, Eitan. Él tampoco figura en el sistema de registro de personas, pero su existencia es comprobable. Este joven ha sido modelo de grandes marcas en los últimos dieciséis años, según declaraciones de su supuesto representante, diseñadores de moda y seguidores. Si bien no se han encontrado fotografías suyas en revistas, publicidades ni desfiles, importantes personalidades a nivel mundial aseguran conocerlo. Hasta aquí, el informe inicial ─finalizó el agente Sfeir─. Escucho sus teorías.
Como era de esperar, la sala permaneció en silencio durante los primeros minutos. Luego comenzaron los murmullos, las expresiones confusas y las propuestas vacilantes. Fue hasta que, desde el fondo, una voz se elevó sobre el balbuceo para anunciar:
─¡Nos olvidamos de alguien!
Las cabezas giraron cual exorcizadas de curiosidad. Sfeir divagó entre los presentes para encontrar a quien se había pronunciado, y al hallarlo, le pidió que se levantara.
─Agente Geller, por favor, explíquese.
El detective nombrado se incorporó y extrajo de un portafolio una imagen para agregar a la colección. Esta, sin embargo, era solo un retrato de una chica demacrada que presentó como Alanis.
─Ella es una desaparecida más ─argumentó Geller─. No está registrada en el sistema ni en ninguna fotografía, pero sé que existe. La estuve investigando durante dos años por cargos de narcotráfico. Hace un par de días, perdí todo el material que recolectaba de ella; repentinamente, se transformó en papeleo blanco. Solo se conservó el identikit que aquí les muestro.
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Idealidad: El retorno al origen
Fantasy¿Qué sacrificarías para tener una vida perfecta? ¿Salvarías a tu mayor enemigo? ¿Te enfrentarías a los fantasmas de tu pasado? ¿Te someterías al mismo daño que le has generado a otros? Cuatro jóvenes aceptaron el desafío para obtener una recompensa...