11. Hasta Nunca (Parte 2)

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Star se dispuso a cerrar la cortina con magia para quitarse la bata y vestirse rápidamente con su ropa casual, haciendo siempre uso de ésta misma, luego pasó sus manos sobre su cabeza y notó que su diadema de cuernitos no estaba.

- ¡Oh, no! ¿Otra vez perdí mi diadema? - Reaccionó la rubia con preocupación.

Star comenzó a recordar el pacto que había hecho con César Leviatice y sobre cómo su diadema se convirtió en una liga de cuernitos invertidos para el cabello a cambio del alma de su primogénito para recuperarla.

- ¡Ah, claro! ¡Ahora recuerdo! - Murmuró Star - Pero igual ya no la tengo puesta ¿Me la habrán soltado esos brujos, antes de recostarme en la camilla? - Especuló.

Un par de minutos después, uno de los médicos brujos caminaba tranquilamente silbando por el lugar fue sorprendido cuando una bata hecha puño fue arrojada en su misteriosa cara, la cual no tarda en quitársela de encima.

- Bien, chico raro, - Le habló Star seriamente y entrecerrando los ojos - ya estoy de salida y quiero que me regresen mis cuernitos.

Star extendió su mano, sacudiendo sus dedos de forma paralela en señal de apuro. El médico brujo miró confundido a la rubia, sin tener idea de lo que estaba hablando.

Al rato, frente a la puerta del aposento de Tom se abre un portal y de éste sale Star en su forma mariposa, desaparece el portal y ella en seguida se destransforma.

Mientras tanto, dentro del aposento, Tom se encontraba con cara de agotamiento emocional recostado en su cama mientras que, con su dedo índice y haciendo uso de la telequinesis, arrojaba a la pared una pelota de ping pong, la cual rebotaba para ser atrapada de vuelta por su mano cíclica mente, sin ninguna razón en especial. De pronto escuchó que tocaban la puerta, dejó caer la pelota y se sentó en su cama.

- ¡Tom! - Llamó Star desde afuera - ¡Ábreme! ¡Sé que estás ahí!

- ¿Star? - Balbuceó Tom algo nervioso - ¡¿Qué sigues haciendo aquí?! - Le preguntó desde su cama - ¡Ya es muy tarde! ¡Vete a casa!

Al otro lado de la habitación de Tom se encontraba una Star decidida a no irse hasta terminar de atar cabos sueltos, asomó su espalda contra la puerta y se dejó caer sentada.

- Agh..., esto no puede ser peor... - Se dijo a sí misma mientras se tapaba los ojos con sus manos.

Mientras, dentro de la habitación, Tom se puso de pie y se acercó a las escaleras que guiaban hasta su puerta.

- Tranquilízate, Tom - Se dijo a sí mismo - Puedes hacer esto - Luego exhaló aire.

Afuera, Star volvió a ponerse de pie y comenzó a hablar a través de la puerta.

- Agh..., mira, sé que ya no me quieres más - Mencionó Star con resignación - Pero aún...

- ¡Mentí! ¡Claro que te quiero! - Le contestó Tom desde las escaleras.

- ¡¿Entonces por qué tiene que ser tan difícil?! - Le reclamó Star a través de la puerta mientras alzaba sus manos.

- Agh... - Contestó con una mano sobre su cara de frustración, luego se la quita y dirige su mirada hacia la puerta - ¡¿A caso crees que es fácil para mí?! - Levantó su voz, la cual ya estaba algo quebrada - ¡Creo que es lo más difícil que he hecho en mi vida!

Star escuchaba atentamente las palabras de su ex novio al otro lado de la puerta, con los ojos vidriosos.

- ¡Y estar contigo ahora es...! - Continuó Tom - Es... ¡No hace más que recordarme todo el tiempo que... no sé lo que estoy haciendo!

Demons vs The Forces of Curses T1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora