17. Espaldaraso

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En otra pantalla...

(Nota de la autora: Dale play a la música y bájale el volumen que consideres conveniente para no distraer la lectura)

Xiomara y Panther Shell se reunieron frente a frente y él, sin más rodeos, puso su dedo índice en la frente de la joven para mostrarle visiones en vivo de la ubicación exacta de todas las almas en pena de ancianos y enfermos que nadaban sin rumbo en las gélidas aguas del río Diol en aquel misterioso y nocturno lugar del hielo y la nieve que llamaban "Infralado", las aguas del Diol culminaban en el Lago de la Desesperación Eterna.

– Así que... ¿Así es cómo ve ese lugar donde actualmente se encuentran mis padres? – Preguntó Xiomara completamente perturbada.

La chica se rehusó a seguir viendo más visiones y se quitó el dedo del monstruo de encima y, sin más, salió corriendo bastante afectada. Panther Shell caminó tranquilamente tras ella. Más tarde la encontró sola y sentada en una roca volcánica, contemplando la vista hacia toda la lava que se podía apreciar. Sin decir nada, Panther Shell se sentó junto a ella y, con un chasquido, hizo aparecer una pipa y se puso a fumar tabaco con hierbabuena, luego volvió a chasquear sus dedos para hacer aparecer un sándwich de grillos como los que sirvieron en su cumpleaños, ya que había notado lo mucho que Xiomara había adelgazado desde que empezó a vivir en el Inframundo, puesto que aún no terminaba de acostumbrarse a la gastronomía cultural demoníaca y ésta aún la comía con dificultad.

– Con todo respeto a los reyes del Inframundo y a ese tal Consejo de Ancianos, yo pienso que me han sobreestimado, ningún guerrero me considera apta para asistirlo, a este paso jamás podré llegar a ser una guerrera si nadie me da la oportunidad de ayudar. – Se quejó la campesina con la voz quebrada y lágrimas en los ojos, mientras acepta el sándwich sin mirarlo – Primero tendría que volver a nacer como un monstruo para que alguien me acepte.

Panther Shell se quita la pipa de la boca, expulsa por la nariz todo el humo que había inhalado y comienza a hablarle a Xiomara con el lenguaje demoníaco.

– ¡Ok, ya entendí! – Renegó la chica – Debo comer bien para estar bien.

Sin pensarlo mucho, Xiomara muerde el sándwich de grillos, mastica el bocado y se lo traga sin reprochar, sin hacer expresiones repulsivas y sin sentir ganas de vomitar. Ella misma se sorprendió al ya no sentir más asco y continuó comiéndose el resto del sándwich hasta terminárselo. Al notar ese pequeño avance en ella, miró las migajas de pan y algunas antenas que habían quedado en sus manos.

– Creo que ya pasé demasiado tiempo en este reino – Comentó la joven conmocionada.

Luego Panther Shell le entregó un vaso desechable con malteada de maíz.

– Gracias – Respondió la campesina mientras se lo acepta – Extrañé mucho el maíz.

En ese instante Xiomara bebió un sobo mientras soltaba algunas lágrimas al sentir un sabor nostálgico en su boca y luego soltó en llanto, mientras el general le extendía una servilleta.

(Nota de la autora: Si has llegado hasta aquí y la música no ha terminado, puedes suspenderla o escucharla hasta el final. Tú decides...)

Un momento después de que la chica se desahogó por completo, finalmente Panther Shell le hizo una propuesta que dejó a Xiomara atónita.

– ¡¿Qué?! ¡¿Lo dice en serio?! ¡¿Usted quiere que yo sea su escudera?! – Le preguntó ella sin terminar de asimilarlo – No, no, aguarde, espere... Me está dando una oportunidad por lástima ¿Verdad?

Demons vs The Forces of Curses T1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora