Capítulo 42

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Lauren's POV

Estábamos en la piscina, Camila me pedía que no parase y yo me encontraba al tope de excitación, quité la pieza de arriba de su vestido de baño y ataque sus pechos con mordiscos y lamidas llenas de lujuria. Ella respondió con gemidos altos y algunos rasguños en mi espalda, tenía sus piernas envueltas en mis caderas por debajo del agua para hacer fricción entre nuestros cuerpos; su piel erizada solo me daba señal de lo mucho que le encantaba que le hiciera aquello, me aventuré poniendo mi mano en su entrepierna y froté su clitoris...

– Señorita Jauregui. – entró Alissa en mi oficina y me sacó de mis deliciosos recuerdos.

– Dígame. – aclaré mi garganta y me enderecé.

– Su padre necesita hablar con usted, está afuera del edificio formando un alboroto. – informó.

– Mi padre? – me puse en pie. – Por qué un alboroto? – caminé hasta la entrada de mi oficina.

– Parece que viene peleando con un tipo de traje. – dijo y comprendí todo.

Tomé el ascensor hasta llegar al primer piso y vi a mi padre gritándole a Peters. Noa Peters era el guardaespaldas de mi padre, después de que mi madre insistiera me convenció de contratar seguridad privada para todos, desde que comencé a devengar altas sumas de dinero ella me había aconsejado hacerlo pero nunca me pareció necesario hasta ahora. Había un guardaespaldas para cada Jauregui, incluso para Chris que ya estaba en el otro continente.

– Papá, qué pasa? Por qué el alboroto? Y qué haces en LA? – pregunté.

– Me puedes explicar por qué este hombre lleva persiguiéndome desde ayer? Incluso me persiguió desde Atlanta hasta aquí. – expresó alterado.

Yo solté un suspiro con mis brazos cruzados, Nick Clinton era mi guardaespaldas y se encontraba a unos metros de mí, también me seguía a todas partes.

– Acompáñame a mi oficina y te lo explico todo, bien? – sugerí y mi padre aceptó.

Tomamos el ascensor y antes de que Nick y Peters subieran mi padre cerró las puertas obligándolos a usar las escaleras, yo solté una risa y él me acompañó.

– Son un poco insoportables. – dijo y yo asentí.

Entramos a mi oficina y tras de nosotros venían nuestros guardas bastante cansados.

– Cómo es qué subieron tan rápido? – exclamó él incrédulo.

– Son muy efectivos. – afirmé. – Toma asiento por favor. – señalé su silla.

– Hija no entiendo nada de esto, por qué la seguridad? – se notaba estresado.

– Acaso no recuerdas el atentado que sufrí hace nada? – dije. – Esto es muy necesario Mike, trataron de acabar con mi vida.

– Sí lo sé, pero Cooper ya está tras las rejas junto a sus secuaces, además que fue en contra tuya no mía. – contestó y yo negué.

– Que los responsables de esto estén tras las rejas no quita que alguien más trate de terminar lo que Cooper comenzó. – señalé la zona de mi herida para decir aquello. – Y te recuerdo que el atentado fue en tu casa, saben perfectamente en donde vives. Además que tú también recibiste amenazas antes de todo esto y no fuiste capaz de decirme. – exclamé en un tono firme.

– Bien, admito que tienes algo de razón. Pero es tan necesario, de veras? – preguntó y yo asentí muy seria. – Dios, no puede ser esto. – bufó.

– Es solo por precaución y para evitar una situación como la mía. – expliqué más calmada y él movió su cabeza en forma de afirmación.

– De acuerdo, me aguantaré a Peters entonces. – habló y se puso de pie para salir y yo lo acompañé pero antes se volteó. – Una cosa más, esto fue idea de...

Covergirl | CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora