Ella no podía enamorarse de él, él no debía enamorarse de ella y, por hacer lo que no podían y no debían, Okita Sougo y Katsumi Hinatori tendrán que afrontar y resolver TRES PROBLEMAS.
—¿Cuándo van a conseguir una casa solo para ustedes? —preguntó Hijikata escondiéndose tras Katsumi.
—Jamás —respondió la chica—, aquí se entretienen molestándote a ti o maltratando a Kondou, además tienen mil sirvientes. ¿Qué pretendes que haga yo sola con ellos?
—No somos sus sirvientes —se quejó el azabache—, somos la policía.
La azabache le miró con una expresión que decía "Por favor", y el azabache se rindió. Si algo sabían hacer ese trío de tres años eso era volverlos locos a todos, mucho más a él, pues además de la retorcida personalidad de su padre, y su apariencia, habían heredado su odio por él, al parecer.
» No sé por qué me odian —se quejó el vicecomandante.
—Ellos no te odian —aseguró Katsumi—, les gustas tanto que te molestan para tener tu total atención, por eso Sougo te odia.
—Si, eso no me consuela para nada —gimoteó Hijikata—. Y, cambiando de tema, ¿qué tal llevas los preparativos de boda?
—No llevo tanto —respondió la chica—, la verdad es que no quiero hacer demasiado. Estaría bien solo firmar el registro y ya, ¿es necesaria una fiesta?
—No creo que sea necesaria, creo que sería linda. Además —inquirió Toushiro Hijikata—, entre todos nos cooperamos para darte un regalo, así que estamos esperando la fiesta.
—¿Un regalo de parte de todos?
—Era algo costoso.
—¿Costoso? ¿Qué es?
—El shisengumi les dará una casa súper lejos del cuartel.
Katsumi rió fuertísimo, y detuvo eficazmente los tres juguetes que volaron en su dirección desde las manos de sus tres hijos.
—¿No te parece familiar esta escena de celos? —preguntó la chica al que le acompañaba.
—Sí —dijo él—, solo que apuntaba hacia mí, y era una espada.
—Voy a apurarme con los preparativos —prometió Katsumi en un suspiro—, por tu bien, y por el mío.
Entonces se fue a perseguir a tres que requerían un regaño por haberle hecho semejante grosería. Era cierto que ellos eran igualitos a Sougo, incluso en eso de temerle a Okita Katsumi.
—FIN—
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Y eso fue todo por esta historia, deseo les haya gustado un montón.
