TENEMOS TRES PROBLEMAS

Capítulo 5

—¿Qué? —preguntó Katsumi por demás confundida.

—Lo escuché, te dieron a elegir entre Kondou, Hijikata y yo, y lo elegiste a él. ¿Por qué, Katsumi?

—Yo...

—No, ni siquiera quiero escucharlo, por eso no te respondí. No necesitaba que me dijeras que elegiste a alguien más porque es más confiable económica y emocionalmente.

—¿De qué diab...?

—Dije que no quiero escucharlo. No tenemos tres problemas, no hay nada entre tú y yo ahora. Si tienes problemas, pídele a tu confiable prometido que te ayude.

Sougo no dijo más, se fue sin escuchar nada de esa que no había elegido nada, que definitivamente no había dicho eso que él soltaba, y que tenía tres problemas: estaba comprometida con alguien que no amaba, estaba embarazada del sujeto que acababa de darle la espalda y no sabía cuál era el tercer problema a enfrentar.

Volvió a su casa luego de llorar sentada en una banca de ese parque donde había perdido toda esperanza de que Sougo le ayudara a salir de eso del compromiso, y se desveló buscando opciones para continuar su vida de una manera no tan problemática.

Al final se dio cuenta que tenía tres opciones:

1. Seguir con lo del compromiso, abortar y resignarse a una vida que no quería, justo como lo había estado haciendo desde años atrás.

2. Escapar de casa y sufrir sola y en la pobreza con un bebé sin padre.

3. Seguir con el compromiso y meses adelante develar el embarazo declarando que había engañado a Hijikata con Sougo para que a ambos les cortaran la cabeza y murieran en esa familia que no podían ser.

Las tres opciones eran popó de perro bañada en excremento de gato.

Se rindió, pensaría luego en eso, por lo pronto iría enfrentando lo que fuera ocurriendo, al menos en lo que sabía de su tercer problema y elegía una cuarta opción: cortarse las venas.

Llegaron a la base del Shinsengumi por la tarde del martes, se presentaron y dos que se amaron y ahora se medio odiaban ni siquiera se dirigieron una mirada. El shinsengumi presentó sus respetos a la familia, Hijikata se presentó agradable ante la chica y, luego de eso, la familia de ella presentó su regalo para el novio.

—Ella es la dama de compañía de tu futura esposa —dijo el señor Hinatori—, finge llamarse Ezurako, pero en realidad es Katsura Kotaro. Les entregamos al líder de la facción joi.

Katsura no tuvo tiempo de negarlo, no entendía qué había pasado. Nunca antes le habían descubierto, ¿por qué rayos entonces había sido tan fácil atraparlo esa vez?

Sin siquiera dudarlo, miró a la chica que le miraba con angustia, una angustia que el azabache no notó, su ira por sentirse traicionado no le permitía pensar en más que odiar a una que no merecía tal odio.

Pero dicho sentimiento no pasó desapercibido por el resto de los congregados, y aumentó cuando Sougo hizo un comentario que solo tuvo sentido para la chica que, al borde del desmayo, confundida por todo lo que ocurría, rió a carcajadas. 

Continúa...