7: Mujer

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Madeleine

Christofer era el marido de aquella prostituta con la que Raid tuvo un hijo, la mujer que mi esposo violó incansables veces y por esa razón ella terminó suicidándose.

Venganza, Christofer quiere vengarse.

Jamás pensé que me encontraría en una situación así, no ha sido mi culpa, pero de alguna forma quiere tomar revancha, incluso aunque Raid esté muerto. Es como devolverle lo que hizo, después de todo soy la esposa del hombre que violó a su mujer.

―Pues hazlo ―lo desafío ―. Si eso te hace sentir mejor, a mí no me incumbe ―expreso fríamente.

―Te pregunté si me crees capaz de violarte ―insiste.

―No lo sé, no te conozco.

―Si no me vas a responder, quítate la ropa ―exclama molesto.

Bajo la vista, pero luego lo vuelvo a mirar desafiante.

―Si vas a hacerlo, hazlo tú ―Frunzo el ceño.

Camina hasta mí y me agarra de la cintura bruscamente.

―No soy una persona agresiva ―me aclara.

―Y yo no sigo órdenes de nadie, ni siquiera de Raid.

―No lo parece.

―No me casé con él porque quería, la primera vez que me acosté con mi esposo me drogué para no recordarlo y te aseguro que he recibido muchos golpes solo por desafiarlo, así que tú no eres nadie al lado de Raid.

―Y lo sigues defendiendo ¿No escuchas tus palabras? ―Frunce el ceño.

―Me obsesioné con él, tanto como él con tu mujer.

Enfadado me agarra del brazo y me guía hasta el sillón, me tira sobre este, entonces se sube encima mí. Siento su respiración cuando acerca su rostro, la mía es agitada así que mi pecho sube y baja seguidas veces.

―¿Con cuántos hombres has estado, Madeleine? ―pregunta de repente.

―Solo con uno ―respondo con mis labios temblado.

―Qué feo que tu primera vez fuera drogada entonces ―opina y siento su mano debajo de mi falda, así que se me eriza la piel ―¿No te han gustado otros aparte de Raid o es que acaso no te dejaba ni siquiera mirarlos?

Observo hacia un costado.

―Yo... yo eso no lo haría ―Mis mejillas arden.

―Eres muy linda, Madeleine ―Siento sus labios en mi cuello y me estremezco ―. Deberías respetarte como mujer. Si Raid te engañaba, ¿por qué tú no a él?

―Yo lo amo.

Abre la tela de mi blusa y cierro los ojos.

―¿Y él te amaba?

―Claro que sí ―Oigo a la ilusión de mi esposo a mi costado ―¿Cómo eres capaz de engañarme? Quítatelo de encima ―me recrimina aunque estoy aprisionada debajo de Christofer y lo dice como si pudiera soltarme, quiere culparme a mí.

―Raid me ama, me lo dijo ―le contesto a mi captor.

―Supongo que a su manera sí, aunque quién sabe, quizás solo eras un capricho ―sugiere.

Abro los ojos, entonces lo miro enfadada.

―No es verdad, no digas mentiras.

―Si fueran mentiras, Raid no te hubiera encerrado durante tanto tiempo, no te hubiera maltratado, su forma de amor jamás ha sido la correcta, acéptalo, ya eres toda una mujer adulta, deberías entenderlo.

―¡¡Cállate, imbécil!! ―Intento golpearlo ―¡¿Cómo te atreves?! ¡¡No!! ―chillo cuando bloquea mis movimientos con sus manos, aprisionando las mías en dirección a los almohadones del sillón, a ambos costados de mi cabeza ―Te odio, maldito infeliz ―Le escupo.

Agarra un pañuelo de su bolsillo y despacio se limpia, luego lo guarda. Incluso con toda elegancia se comporta en un acto tan ruin. En eso intento zafarme pero sostiene mi muñeca otra vez.

―Eres toda una salvaje ―opina pero está tranquilo ―. No me odies todavía ―me pide y se acomoda entre mis piernas, poniéndolas sobre las suyas, para acortar espacio entre nuestros cuerpos ―. Aún no te he violado y ya me estás odiando ―expresa afligido.

―Estás loco ―declaro.

―Mira quién habla, la que piensa que su marido se encuentra vivo y hasta conversa con él como si estuviera aquí ―se burla.

―Si vas a violarme, hazlo, no pretendo seguir escuchando tu estupidez.

―Sigo esperando que me digas si me crees capaz ―Acerca su boca a mi cuello y comienza a chuponearlo.

Gimoteo pensando que me hará un maldito chupetón.

―No...

―¿No quieres el chupón o me crees capaz de violarte? ―Se relame los labios y vuelve a mordisquear mi piel ―Dime.

―¿No es lo que estás haciendo?

―Estoy comenzando, pero eso no significa que no pueda parar ―Alza la cabeza y me mira directo a los ojos ―. Ahora responde la pregunta si no quieres que empiece a tocar tus partes íntimas ―exclama serio.

Sigo sin saber qué responder. Si ya está haciéndolo, ¿para qué quiere esa respuesta? Si le contesto un sí, quizás sea una falta de respeto o una grosería para él. El hombre es todo sofisticado y pacifico supuestamente. Por otro lado, si digo no, parecería que estoy mintiendo, por lo que ya me está haciendo. Podría apelar a su buen juicio, pero él quiere vengarse, así que no estoy segura de mi respuesta. Incluso podría provocarlo si expreso una negativa. No lo conozco realmente.

―Sí, sí creo que eres capaz de violarme, tú quieres venganza y Raid ya no está, así que deseas tomarla de alguna forma, ya que solo te quedo yo ―contesto lo que pienso ―. Bien, ya tienes tu respuesta, ahora haz lo que te venga en gana.

Agarra mis bragas y me sobresalto, así que cierro los ojos con nerviosismo, se acerca abruptamente a mi cuello, lo enfadé. Siento sus labios rozando mi piel, entonces sin previo aviso se levanta de sobre mí, soltando mi ropa interior. Camina hasta el ventanal y apoya la mano en el vidrio.

―No puedo ―declara con la mirada perdida ―. Va en contra de lo que pienso sobre lo que es una mujer y para mí, no es ningún objeto. 

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Me desmayo de amor 😍

Atte: Vivi.

Perversa Oscuridad: CristalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora