Madeleine
La conversación es interrumpida. Por un lado me da un alivio inminente, porque cuando Leandra pone ese tono burlesco, es para contarme de algo que no quiero oír. Por el otro no sé si deseaba que me interrumpa esta persona, es que se parece tanto a Raid. Veo como en cada paso se acerca más y más, sus facciones son tan parecidas. Aunque mi marido actualmente, si estuviera vivo, tendría el rostro de un hombre de cincuenta y este tiene unos treinta. Creo que sé quién es, pero mis delirios me juegan en contra.
El cobrizo mira a mi amiga y le sonríe.
―Madre, ya te traje el auto que me pediste ―le aclara.
―¿Clow? ―Entrecierro los ojos.
Los suyos grises se giran a mirarme.
―¿Sí? ¿Te conozco? ―Alza una ceja.
―Creo que deberíamos seguir esta conversación en otro momento ―Leandra interrumpe nuestra pequeña charla y agarra mi mano para guiarme al otro cuarto ―. Contrólate, cariño ―me reprende ―. Sé que se parece al imbécil de Raid, pero no te lo comas con la mirada, tiene pareja, es mi hijo y además le cambiaste los pañales alguna vez.
Me río.
―Porque tú no querías, señora fifi ―me burlo.
―Eso es cosa de sirvientas ―Rueda los ojos.
Alzo una ceja.
―¿Qué tiene de malo?
―¿No tienes sentido del humor? ―Hace una carcajada y como la sigo mirando mal, cambia de tema ―Volvamos a lo importante ¿Vas a ver a tus hijos ahora? Puedo conseguirte las direcciones ―expresa en un tono burlesco de nuevo.
¿Por qué cuando habla de mis hijos hay tanto tono siniestro?
Hay algo que no sé, que no me gusta.
―No ―le contesto a su pregunta, así que alza una ceja a modo de confusión, entonces agrego ―. Necesito descansar ¿Puedo quedarme contigo?
Sonríe.
―¡Eso ni se pregunta! ―Levanta las manos.
La verdad prefiero quedarme en una casa que en un hotel, me siento más tranquila aquí, me recuerda a cuando pasábamos mucho tiempo juntas. Veo como Leandra se despide de Clow y no le decimos quien soy. Le pedí aquello porque necesito reorganizar mis ideas, no quiero que les cuente a mis hijos que estoy viva, incluso si le aclaro que guarde el secreto no me siento segura, prefiero que menos gente sepa hasta decidir mi siguiente acción. Primero porque algo me oculta Leandra y segundo porque a pesar de que lo negué, las palabras de Christofer calaron en mí.
"¿No preferirías estar bien mentalmente antes de hablarles? Piénsalo, Madeleine, se pondrán contestos al verte, pero también se preocuparan."
No quiero preocuparlos, deben tener sus propios problemas. Además, como bien ya dije, deseo ser prudente. Aunque Leandra no me traiga esa paz que esperaba, para tomar fuerzas sobre esto, al menos su compañía me trae una sensación de nostalgia, algo bueno.
Cuando llega la noche mi amiga me brinda una habitación y me acuesto en la cama. No puedo ni dormir, veo las visiones de Raid que me atormentan, así que no me olvido de tomar mis pastillas. Aunque la verdad no sé la razón de tomarlas, a veces lo hago y a veces no, pero en esta ocasión no tiene que ver con querer estar cerca de la ilusión de mi esposo, es porque creo que me acostumbre a estar en Cristales.
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Perversa Oscuridad: Cristales
Acción"Cuidado con buscar cristales en la oscuridad, te puedes cortar". Por Viviana Valeria V.